Don Juan Morera Solernou nació en Sabadell, Cataluña, España, el 3 de septiembre de 1931. Fue Hijo de Ramón Morera Güell y Manuela Solernou MatasPons. Estudió hasta segundo año de primaria en Sabadell y a sus 50 años estudió el programa de Alta Dirección de Empresa AD-2 en el IPADE (Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas) en la Ciudad de México.

Le tocó vivir su primera infancia durante la guerra civil española, en medio de una crisis económica. Desde 1936 a 1939, siendo niño, había escasez de alimentos y su mamá, siendo zurcidora, tenía que cargar piezas de lana para trabajar hasta altas horas de la noche en su casa. Fue huérfano de padre a los nueve años y trabajó de campesino desde los siete. Por la enfermedad de su papá se fue a vivir con el hermano de su mamá, en casa de sus abuelos maternos, hasta los once años. Cargaba alimento para los conejos varios kilómetros y en las noches leía libros textiles que encontraba. A los once empezó a trabajar de ayudante de electricista. A los 14 de aprendiz de tejedor y a los 15 años acompañó a su mamá a México pues fue contratada para trabajar de zurcidora en la Fábrica de Tejidos La Victoria. 

A los 16 años empezó a trabajar ahí mismo, en la Victoria, de tejedor, y a los 17 fue jefe de tejido, teniendo a su cargo cien tejedores; a los 19 años ya fue jefe de acabado en la misma fábrica. 

A los 20 años fue contratado en Rivetex, en Cuernavaca, como subdirector técnico. A los 24 como director general de Textil Lanera. A los 33 dirigió por un año la empresa descentralizada financiera textil Operadora Textil, que administraba Nacional Financiera y simultáneamente regresa a Textil Lanera como director general. 

A los 48 fue contratado para establecer la fábrica textil Rovitex en Monterrey y México. En el mismo año, junto con socios capitalistas compra San Ildefonso, Fábrica de Tejidos de Lana, ubicada en el Estado de México. 

Eligió Tulancingo como sede de una de sus empresas porque tenía mucha visión y al darse cuenta de la problemática que presentaría la zona metropolitana del Valle de México, en cuanto a escasez de agua y de mano de obra calificada, contaminación, entre otros, decidió expandirse en otro lugar. A Tulancingo viajaba muy seguido porque daba trabajo de zurcido y era un lugar que le gustaba y decidió establecerse con una pequeña hilatura cardada. 

En 1991, en sociedad con otras personas funda Grupo Fabril de la Moda (Bruno Corza) para vender trajes de caballero directamente al público. 

Sólo se dedicó al ramo textil y fue reconocido en todo México por su capacidad, tenacidad y en lograr lo que se proponía, maestro y amigo de clientes y competencia. Maestro en lo textil y maestro de vida, por ser una persona ejemplar y por sus consejos.

Tanto don Juan como sus hijos, le apostaron a la exportación a partir del Tratado de Libre Comercio con Norteamérica, la competencia internacional los fortaleció pues cuidaron la producción, tiempos de entrega y calidad, incrementándose la producción varias veces durante esta época. 

La competencia desleal de China, que subsidia las exportaciones, impuestos, insumos impidió un sano crecimiento y desarrollo más justo en los últimos años. Las cualidades que lo llevaron al éxito fueron su visión, la pasión por el trabajo, disciplina, orden y el hacer las cosas bien a la primera. 

El 7 de enero de 1956 se casó con Elena Mitre Guraieb. Tuvieron cuatro hijos: tres hombres y una mujer. Todos casados y 12 nietos de los cuales siete son casados y le dieron dos bisnietos. 

En los 70´s su esposa Elena le ayudaba vendiendo casimires y así aportar para el sustento de la familia y pago de colegiaturas.

A principios de los 80 se integró Juan Ramón a San Ildefonso y en 1983 en la fundación de Novalan en Tulancingo. Se encargó de la producción. A finales de los 80 se integró Gerardo a San Ildefonso y se encargó de la parte comercial y de ventas. En los 90 se integró Alejandro y se encargó del área financiera y contable.

El mayor reconocimiento que le dieron a don Juan, fue el de la gente, como una persona capaz y comprometida, justa y generosa. Se le hizo una placa en agradecimiento por emprender, por su trabajo… siempre reconoció al personal por estar altamente calificado y comprometido.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *