Que se declare Emergencia Nacional, nos están desapareciendo, matándonos o diluyéndonos en procesos legales, aniquilando la valentía de denunciar y descuartizando las esperanzas de tener justicia, encerradas por la opacidad del sistema, desangrándonos las instituciones por meses o años.
¡Basta de silencio!
¡Griten con mil lenguas! Porque por haber callado el mundo está podrido (Catalina de Siena).
Reflexionemos: todos en algún momento hemos perdido a un ser amado, el dolor es inmenso, ahora imaginemos perderlo porque alguien lo mató por odio y muchas veces no encontramos ni sus cuerpos para despedirlos. Es tan lamentable este fenómeno de odio por el simple hecho de existir. No estamos seguras en las escuelas, en las calles, en nuestro trabajo o la casa, rodeadas de pensamientos de vestirte para no ser acosada, caminar rápido para no ser manoseada, portarte bien para no ser golpeada y eso no es suficiente. Por esto la sociedad civil, colectivos, nos unimos para buscar a nuestras desaparecidas, exigir justicia para las sobrevivientes y nos convertimos en el moño naranja en la solapa del sistema patriarcal, en una foto con los funcionarios para verse promujer, en un cartel de políticas públicas vacías, porque quienes tengan aspiraciones individuales jamás entenderán una lucha colectiva y mientras el patriarcado se saque fotos políticamente correctas, las víctimas terminamos perdiéndonos en procesos lentos y dolorosos.
Denunciemos, marchemos, señalemos, porque lo que no se señala, no es visto, lo que no es visto, no es castigado.
“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella”.
Caminemos sin miedo, sin odio, formemos un ejército de paz, de igualdad para todos con las mujeres de frente y los derechos al centro.
Hasta la próxima.