Lorenia Lira es académica, docente, historiadora, ama de casa, madre de familia, ella ganó por concurso la Crónica de la Municipalidad, generalmente los cronistas de una ciudad son personas muy grandes de edad, pero Tulancingo es una excepción porque la cronista es una mujer joven que combina el deporte con el cine, la estética y la ética. Es locutora de radio donde cada semana podemos escuchar a un personaje de la región hablando de teatro, música, historia, arte, cine y política.
Precisamente el cronista de la ciudad debe ser un personaje experto y conocedor ampliamente de hechos históricos, sociales, civiles, culturales, artísticos y políticos de su ciudad. Lorenia Lira cubre bien los requisitos para este cargo; si platicas con ella seguramente de la charla se puede escribir un ensayo o una novela, bueno hasta la segunda parte del libro de Elena Poniatowska “Hasta no verte Jesús mío”.
Lorenia ha combinado de manera estupenda su encomienda con el de madre de familia. Ella tiene dos hijos, es una mujer viuda y que en medio de las torres de libros, periódicos y revistas, bien que da su tiempo para sus recetas de cocina. Ella viene de una familia materna que son expertas en la elaboración de pasteles caseros, de naranja, cubiertos de Chantilly.
Lorenia desde niña fue tranquila, como diría Tina Modotti, “modocita”, apegada a las reglas de urbanidad y buenas costumbres de las familias de antes, de su abuela, que siempre invitaban una comida en su casa a las personas aunque fueras ajeno.
Lorenia ha Sido valiente, fuerte, concursó para ganar el cargo de cronista, quedó viuda, levantó a sus dos hijos, un varón y una señorita. Para ella no deben existir la mamá luchona, ni la mamá con bendiciones, más bien la mamá con grandes responsabilidades.
Lorenia Lira no vive en lujos ni egocentricidades, renta una casa en la colonia Francisco I. Madero, tampoco anda fanfarroneando nada, vive de manera sencilla.
La mayoría de cronistas que conozco son ‘nices’, fresones, Lorenia es incluyente, etiqueta a todos “EN EL GÉNERO HUMANO”, sin prejuicios ni marcas, no va por las calles sintiendo que el piso no la merece, más bien lleva prisa por llegar a una de sus obligaciones o compromisos. Ella es la primera mujer cronista que tiene nuestra ciudad, el cargo es vitalicio, honorario y con gran responsabilidad humana y social, a ella le queda el cargo, se lo ganó. Lorenia es una muestra de la dignificación de la mujer en Tulancingo de Bravo, Hidalgo. Y que las mujeres pueden llegar hasta donde quieran.