Con la recién conmemoración del Día del Idioma Español, el pasado 23 de abril, en honor al escritor Miguel de Cervantes Saavedra, quien falleció ese mismo día, pero de 1616. Justo ahora es que pareciera que nuestro idioma ha sido motivo de modificación continua, no hablo de evolución, sino de transformación a nuestra conveniencia, lo que requiere nuestra total atención. Hoy más que nunca es necesario recordar sus raíces para conocimiento general y adentrarnos en su progreso, cuya relevancia lo ha convertido en lengua oficial, herramienta cultural, política y económica de muchos países y que lo convierte en uno de los idiomas más hablados e importantes del mundo. Además de ser influencia en diversas formas de expresión artísticas, otras lenguas y culturas. A esto se suma el Día Internacional del Libro, fechas que prevalecen con el tiempo por su esencial importancia.
A medida que el español se expande globalmente, existe el reto de preservar las múltiples variedades y dialectos del idioma, así como las lenguas indígenas que coexisten con el español en muchas regiones.
Este idioma engloba un sin fin de temas, su alcance no tiene límites; sin embargo, en la prontitud de lo cotidiano no nos detenemos a observar su gran riqueza y diversidad, por el contrario, hacemos mal uso y lo deformamos con modismos gracias a la falta de una educación formal, la cual refleja deficiencias en gramática, ortografía y vocabulario; los errores lingüísticos y confusiones se presentan en entornos donde se hablan varios idiomas; por su parte, la tecnología ha aportado nuevas formas de comunicación las abreviaturas, emoticonos y errores ortográficos, lo que resulta una comprensión inadecuada, pero la falta de interés por corregir estos errores es la principal causa por la que prevalecen la mayoría de estas faltas y se normaliza su uso, por lo que abordar estos aspectos requiere un esfuerzo continuo en educación lingüística, impulso de la corrección gramatical y fomento de una cultura de respeto por el idioma y su diversidad lingüística.
Nuestro idioma es rico en la cantidad de palabras que posee, según especialistas, oscila entre 195 mil y 300 mil, considerando acepciones y variaciones, por lo que contamos con un vocabulario tan amplio que su aprendizaje es sencillo y amigable al raciocinio humano, ya que la fonética y los signos gráficos sólo corresponden a un sonido, una razón más poderosa para respetarlo y sentirnos orgullosos de hablarlo.
El español ha experimentado transformaciones significativas a lo largo del tiempo debido a fenómenos históricos como la globalización, que han enriquecido su vocabulario y diversidad dialectal. Por tanto, entender la dinámica de los cambios en el español requiere considerar una amplia gama de factores que van más allá de las reglas gramaticales tradicionales.
Nuestro español no es sólo un medio para comunicarnos, es un puente que une culturas, un tesoro que encierra la riqueza de siglos de evolución y mestizaje. El cual surge como un bastión de identidad y una herramienta poderosa para el entendimiento entre pueblos.
Hoy, más que nunca debemos fortalecer nuestras raíces, alzar nuestra voz en defensa del español, tanto como patrimonio lingüístico como símbolo de nuestra herencia cultural y que inspira a millones en todo el mundo. No permitamos que la corriente de la modernidad diluya nuestra lengua, por el contrario, abracemos la diversidad del español y velemos por preservar su esencia y promover su enseñanza y maximizar su difusión.
Que cada palabra pronunciada en español, reafirme nuestra historia, cultura, y que su legado traspase las generaciones y entrelace la hermandad de los hispanohablantes.
¡Que el español suene con fuerza en todo el planeta, con resonancia imborrable de nuestra identidad y nuestra grandeza!