Con amor para Rosita Figueroa
Hoy en día, la importancia de celebrar el Día de la Madre tiene un enfoque totalmente mercantil, toda publicidad desea cautivar al público ansioso de festejar una de las fechas de mayor relevancia en nuestro país, en la cual destacan los mensajes que “permitirán” cuantificar el amor y gratitud que podemos demostrar a las mamás en esta celebración, sin duda alguna, la mercadotecnia forma parte de nuestras vidas, dirigida principalmente a influir en nuestras decisiones como consumidores.
Esta máquina de gran poder ejerce tal autoridad a través de imágenes acompañadas de palabras que mueven nuestras emociones y que cumplen su objetivo: vender; aunadas a melodías de gran nostalgia y acompañadas de estrellas de la música, cine, televisión y toda figura pública que esté de moda, incluyendo a influencers en un constante bombardeo publicitario para convencer de comprar productos a veces inalcanzables para la mayoría.
Todo este asunto hace vivir a la mayoría de los hijos una presión social y sentir que otorgan poco amor, este sentimiento es acompañado de sacrificios monetarios y deudas a veces impagables, además, detrás de estas herramientas publicitarias existen madres sin la posibilidad de recibir regalos o aquellas personas que no tienen a quien celebrarle, un tema poco importante para la mercadotecnia y que genera dolor en medio de esta festividad en la que participan medios de comunicación tradicionales y las redes sociales en total apatía.
Por lo que resulta indispensable dar el valor real al significado de esta fecha, recordar que el amor no se compra (a pesar de que se escuche trillado), que el cariño y las acciones se cultivan día a día sin importar que tan llamativa puede ser una campaña publicitaria, hacer una reflexión de la importancia de la maternidad y otorgar el reconocimiento de las mujeres que nos rodean y representan el verdadero papel maternal, llámese biológica, adoptiva o aquellas que con su presencia nos llenan de apoyo y cariño.
Sin importar qué tanto la mercadotecnia ha contribuido a revolucionar un día de tanto significado, enfoquemos en generar momentos de alegría, que sea el amor lo que más gastemos para celebrar a las mamás que forman parte de nuestra vida, demos la vuelta al bullicio que emana de los anuncios y que la verdadera inversión sea la felicidad genuina con muestras sinceras y que los besos y abrazos que ya no podemos dar a aquellas que ya no están en este plano, los reciban en el lugar en donde siguen velando por nuestro bienestar, honremos su legado y que sea el amor el que trascienda.
¡Feliz día de la madre!