En búsqueda de temas de interés para abordar en este espacio me topé con uno que llamó mucho mi atención, el cual se desprende de la publicidad, una estrategia utilizada para motivar la compra de los consumidores: el “marketing olfativo”. Basa su existencia en que el sentido del olfato para evocar recuerdos, momentos especiales, lugares y personas, es decir, mueve nuestras emociones y nos transporta a través de la memoria.

La conexión que existe entre esta y el olfato resulta poderosa, tanto que es utilizada incluso actualmente en terapias de diferente índole para mejorar la salud física y mental de la gente. De esta forma la publicidad aprovecha y llena de aromas los espacios para generar un vínculo más estrecho con el comprador.

Es por ello que los “recuerdos olfativos” destacan la importancia de este sentido a veces subestimado en nuestro día a día, pero que beneficia las ventas, ya que cada persona cuenta de forma particular con un conjunto de olores y aromas que juegan crucialmente como motivador a la hora de realizar alguna compra, de hecho, grandes marcas, instituciones y negocios hablan de “vender experiencias” y para ello la esencia es indispensable y crean fragancias específicas para las tiendas o productos con el fin de fomentar una lazo emocional más profundo.

Estos recuerdos inconscientes nos sirven de referencia y surgen en momentos inesperados, como cuando un bebé encuentra tranquilidad al identificar el olor de su madre. Cuántas veces hemos dicho que tal o cual aroma nos recuerda a alguien o algún lugar particular o un momento específico, lo cual puede resultar agradable en la mayoría de los casos, es justo ahí donde la publicidad pone en práctica su destreza.

Por su parte, estudios sobre este tema indican que un adulto solamente recordará uno por ciento de lo que toque, de lo que escuche será dos por ciento, de lo visto durante su vida cinco por ciento y de lo que haya olido corresponde a 35 por ciento.

Por mucho, el sentido del olfato le generará más sentimientos ya que además los recuerdos olfativos almacenados en su memoria permanecerán siete veces más que el resto, gracias al sistema límbico, responsable de convertir en emociones aquellos estímulos generados por nuestros sentidos, lo cual demuestra que lo que se huele se recuerda mejor.

Los objetivos de esta maniobra en marketing van de la mano con la compra impulsiva y potencia el poder de la marca, por ende, aumentan las ventas, debido a que se crea un ambiente mucho más agradable. No cabe duda que los expertos de la publicidad innovan y exploran aspectos del ser humano que nos vuelven vulnerables al campo de los negocios.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *