León, Guanajuato.- El empresario Guillermo Lara García, mejor conocido como “Memo”, será recordado como un industrial del calzado apasionado y perseverante.
Su suegro, Ramón Torres Solano, pionero en el sector del calzado en León, fue quien a través de sus pláticas lo animó a dedicarse a esta industria y escribir su propia historia.
A sus 25 años aproximadamente, “Memo” abrió una “piquita” y, después de 15 años de trabajo y esfuerzo, creó su empresa de botas de seguridad Toro Negro.
La elaboración de botas tipo roper fue la base para comenzar a fabricar sus primeros pares de zapatos de seguridad.
Guillermo Lara, además de buen padre, fue el mejor guía para que sus hijos, Mauricio Lara Torres, Germán Lara Torres y Guillermo Lara Torres, trazaran su propio camino en el sector del calzado.
Sus hijos platicaron que aunque siempre fue “duro” con ellos. Esa educación les ayudó a ser profesionales en el trabajo y a disfrutar la vida y la familia como él también lo hacía.
Uno de los momentos que más disfrutaba Guillermo era comer junto con su esposa Lorena del Carmen Torres Jiménez, sus hijos y seis nietos. Al final de su vida fue un abuelo cariñoso y juguetón.
Esta cercanía familiar aumentó cuando su enfermedad comenzó a ser más delicada.
“No hay que dejar de cerrar una sola venta, así ganemos cinco pesos, hay que tratar al cliente lo mejor posible y demostrarle que nuestro calzado es el mejor para cerrar nuestras ventas”, es uno de los tantos consejos que nunca olvidarán sus hijos.
Además, siempre les insistió en que siempre caminaran de frente y nunca con la cabeza abajo.
En sus ratos libres, aparte de pasar tiempo con su familia, “Memo” disfrutaba salir de vacaciones a Puerto Vallarta, comer en el Rincón Gaucho y convivir con sus amigos del club, como Luis Benito González del Castillo, Charly Cordero, Luis de Alba y Ramón Michell.
Diariamente caminaba hasta dos horas y era un amante de la música de la década de los 70 y 80, en particular de U2 y Rod Stewart.
MCMH