Irapuato, Guanajuato.- Tras los hechos violentos ocurridos el martes en el estado, la Diócesis de Irapuato manifestó su rechazo y condenó los ‘terribles actos de violencia’ en Irapuato y varios lugares de la república.
A través de un comunicado explicaron que los actos no solo han provocado cuantiosos daños a los bienes de terceras personas sino que se ha cimbrado y alterado más la vida social con nuevos motivos que aumentan la incertidumbre y el temor.
Hace apenas unos días se llevaron a cabo varios eventos para manifestarnos en contra de tanta violencia y pedir a Dios para que haya paz en los corazones y en nuestras ciudades; dichos eventos culminaron en Irapuato con una esperanzadora marcha pacífica para motivar a todos los ciudadanos, porque estamos convencidos de que, si cooperamos todos y ponemos nuestro ‘granito de arena’, la paz es posible no obstante las situaciones difíciles que han ocurrido, y siguen ocurriendo.”, se expone en el comunicado.
Invitaron a los fieles católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a renovar los esfuerzos y acciones para que, desde las propias familias y entorno, se siembren semillas de paz. pues están convencidos de que el mal no puede sobreponerse al bien y a la cordura, pues el origen de las personas y la naturaleza está hecha de bien y para el bien.
Pedimos que las autoridades de todos los niveles trabajen en coordinación y con inteligencia para que se implementen estrategias eficaces en la prevención y contención de la barbarie e injusticia que ultrajan la vida de los ciudadanos.”, solicitan en el comunicado.
Asimismo citaron a los obispos de México, en su Exhortación Pastoral “Que en Cristo, nuestra paz, México tenga vida digna” del año 2010, hacen un llamado a los gobernantes de los tres poderes de la federación y de las entidades federativas, y a los ayuntamientos:
A ustedes está confiada la tutela suprema del Estado de Derecho en México. Sabemos que cumplir la alta misión que el pueblo les ha encomendado no es fácil en estas circunstancias; sin embargo, es una de sus tareas prioritarias. La misión de la autoridad es ofrecer a todos las condiciones de seguridad ciudadana. La violencia no es solo un problema de seguridad, es ante todo un problema de salud pública, que, si bien requiere de la aplicación enérgica de la ley, al mismo tiempo exige medidas preventivas y políticas públicas que inhiban los factores que contribuyen a la inseguridad y violencia en todos los ámbitos de la vida nacional” (n. 240).
Dieron su apoyo y oraciones para quienes sufrieron en su persona y bienes estos lamentables hechos: “Que el Señor mueva los corazones de todos para que, juntos, hagamos de nuestros ambientes lugares de paz y tranquilidad. Solo unidos podremos lograrlo”.
MIL