Irapuato, Guanajuato.- El altar de cuatro escalones de María Guadalupe Ortiz Bravo es una expresión conmovedora de devoción y amor que ha perdurado 25 años.
“La casa de los ángeles”, como conocen los vecinos la casa de María Guadalupe, en la calle 15 de Septiembre de la colonia Independencia, se ha vuelto un referente dado a su colorido y vistoso arreglo durante las festividades del Día de Muertos.
En entrevista, María, de 65 años, platicó que esta tradición comenzó con la muerte de su hijo.
Mi hijo falleció, los primeros años yo no le puse nada porque era muy fuerte la depresión que me dio, pero empecé a hacerle el altar chiquito en una mesa”, dijo.
Después, cuando creció la familia, “empezaron los niños a traer alguna u otra cosa, entre mis nietos, mi nuera, todos empezaron a participar y se fue haciendo cada vez más grande”, relató.
El altar de muertos en honor a Gabriel se distingue por el colorido que proporcionan las decenas de flores de cempasúchil, alimentos, frituras, golosinas, dulces típicos y alfeñiques.
“A nuestros muertitos siempre los recordamos, pero en estos días tan especiales como que te pega más pero es la forma de hacerle honor… el altar tiene enchiladas, pan, la Coca, el Gatorade, churros… y aunque no puedo comprarle todo, sí recuerdo algunos gustos que tenía”, platicó.
“Pese a que es un gasto, las cosas se hacen de corazón, sí se invierte pero es algo que seguimos conservando, cuando lo empecé a poner solo era la mesa del comedor, después eran dos mesas y ahorita ya tenemos una base, espero ya el siguiente año hacerle los siete escalones, ahorita solo cuento con cuatro”, externó.
AM