Christian fue velado en la comunidad Loza de Barrera, en León

León, Guanajuato.– En una humilde vivienda de la comunidad de Loza de Barrera, la señora Ofelia lloraba desconsolada en espera del cuerpo de su hijo Christian “N”, de tan sólo 23 años de edad, quien fue uno de los siete fallecidos en el choque de una camioneta de personal en la carretera León – Silao este viernes.

Acompañada de familiares y amigos, recuerda que su hijo siempre se levantaba a las 5:00 de la mañana y a las 5.30 se despedía de ella. El viernes fue la última vez que lo vio con vida.

“Siempre me decía: ‘Ya me voy a trabajar mamá’. Yo le pedía a Dios que me lo cuidará y le diera la bendición desde el fondo de mi alma. A las 7:00 nos avisaron del accidente y sentí que me moría. Se me acabó mi hijo, se me acabaron las ganas de vivir. No volverá a su cuarto donde siempre lo veía dormir”, señala Ofelia.

‘Estoy muerta en vida’

Christian era un joven fuerte y con ganas de vivir, que tenía apenas 6 meses de laborar como operativo en Leche León y era el pilar de su casa.

“El dinero que ganaba en la lechera lo destinaba para gastos de la casa y para apoyar los estudios de sus dos hijos menores. ¿Ahora qué voy hacer? Siempre apoyó a su padre y a mí. Ahora estoy desesperada. Era una persona con un gran corazón, con una gran entrega. Estoy muerta en vida, perder un hijo te destroza el corazón”, señala Ofelia.

La familia espera que la empresa Leche León les entregue el seguro de vida, pues hasta el momento no han recibido asesoría de nadie.

MCMH

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