León, Guanjuato.- Mientras en los camposantos miles de personas visitaban las tumbas de sus seres queridos, en la Basílica Catedral de León, lucieron tristes las tumbas de los tres obispos que ahí están sepultados.
Pocos fieles católicos saben que ahí. En la entrada principal, cerca del pórtico, se localizan los restos mortales del primer obispo de León, José María de Jesús Diez de Sollano y Dávalos.
Un Obispo que nació en San Miguel Allende, el 20 de noviembre de 1820. Al crearse la Diócesis de León fue nombrado primer obispo, tomando posesión el 22 de febrero de 1864. “Murió santamente en León el 7 de junio de 1881. Su gobierno pastoral duró 18 años”.
En la catedral, dentro de la capilla de San José, se encuentra sepultado el segundo Obispo de León, Tomás Barón y Morales, nacido en la hacienda de Treinta, Estado de México, el 21 de diciembre de 1828.
Fue nombrado segundo Obispo de León el 25 de septiembre de 1885.
Después de 16 años de gobierno pastoral entregó su alma al Señor la mañana del 13 de enero de 1898”, se informa.
En la capilla de la Sagrada Familia, a la entrada de la catedral, a la izquierda, está la sepultura del noveno Obispo de León: Rafael García González.
Nació en Guadalajara el 10 de mayo de 1926, fue electo obispo de León el 4 de enero de 1992 y tomó posesión el 4 de febrero de 1992.
Supo conquistar la amistad no solamente de sus queridos sacerdotes, sino también de todos los fieles católicos de su Diócesis”. Falleció el 8 de agosto de 1994 en León.
DSS