León, Guanajuato.- Un sondeo entre habitantes del barrio del Coecillo reveló que muchos están cansados de la inseguridad y de los robos constantes, por lo que aunque no aplauden que vecinos golpearan a un presunto ladrón y le cortaran dos dedos, lo entienden.

Dijeron que esto es provocado por la falta de vigilancia y de efectividad de la justicia.

“Sinceramente yo como vecino del Coecillo, creo que bien merecido lo tenía, a todos los vecinos los tenía hartos, ese muchacho estaba bien quemado”.

Eso dijo Abel Ponce, afirmando que el presunto ladrón tenía años así, él fue testigo de que le robaba a la gente mayor, por lo que quien lo haya golpeado “se vengó”. 

Los hechos se registraron en la calle San Cayetano esquina con la calle Acapulco. Foto: José Antonio Castro Murillo.

“Ahora no sé cómo le vaya a ir a la persona que lo macheteó”, advirtió.

El lunes por la noche, vecinos sorprendieron al joven apodado “El Mosca” presuntamente robando una bicicleta, lo persiguieron, golpearon y le cortaron dos dedos.

“Es tan cínico que va a salir y va a seguir en las mismas, es por demás”, dijo Abel, quien se quejó también que cuando hay rondines, los policías no paran ni revisan a presuntos sospechosos.

Reconoce que aunque la gente vaya y denuncie a los delincuentes, los meten un tiempo a la cárcel pero cuando salen, siguen igual.

Jesús Ortega, por su parte, dijo que los afectados no denuncian porque a veces los delincuentes están coludidos con los policías y los primeros pueden tomar represalias.

Por su parte, Armando Martínez opinó: “Cualquier muchachito chico puede joder a uno y no le hacen nada, en otros países nomás para adentro -de la cárcel-, y eso también depende de los padres, que muchas veces lo solapan”.

Reconoció que estuvo mal el actuar de los vecinos pero “eso depende del gobierno también, que ponga orden, muchas veces los agarran y aquí en la esquina los sueltan, viene siendo de lo mismo”.

Dijo que se requieren leyes más duras, porque lo mismo arrebatan celulares a las señoritas “que a uno amenazándolo con un cuchillo, no sabe uno de quién cuidarse”.

Comentó que aunque haya rondines, como en ese momento ocurría, con dos patrullas de la Guardia Nacional, “pero así como los ven, corren”.

Una señora que no quiso ser identificada y su amiga se sumaron al tema: “A mí me cortaron mi bolsa, nomás se quedó la cadena, me quitaron llaves, documentos, credencial, el poco dinero que me cargo”.

De haber agarrado al ratero, “pues toda la gente nos le hubiéramos dejado ir porque si vemos a los policías que llegan a la mera hora -que se acabó-, todos podemos poner manos a la justicia”.

José, un joven de la comunidad de La Laborcilla, comentó que las golpizas por desquite pueden llevar a otros extremos.

Esto cuando el delincuente “a veces se pasa de hacer otras cosas por querer robar y no le puede salir el robo, se va más fácilmente”, se vuelve más violento.

Dijo que conoce otros casos de defensa donde a los rateros los encuentran ya tirados, ¿para darles una lección? pregunta AM, “ya qué lección les dejan, ya se murieron”, ¿los matan?, “a veces”, concluyó.

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AM

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