León, Guanajuato.- En el mundo del Drag Queen existe una gran diversidad y de ella forma parte Diego Arcos, quien al “transformarse” entra en personaje para convertirse en Diamond A Drag.
El colectivo LGBTI está conformado por más que una bandera de arcoíris que los representa, y muestra de ello son los artistas que están detrás de una vestimenta brillante y entallada de colores, tacones de gran altura, maquillaje exótico, pestañas largas y accesorios que hacen su vestimenta más llamativa.
Detrás de Diamond A Drag, quien entra en el grupo del Drag Canario, considerados como andrógenos, está un profesionista que ejerce como jefe de un plantel educativo y que divide las dos facetas para hacer lo que más le gusta.
Ser una “draga” (como también se les llama) es ser un hombre que se viste y maquilla de mujer y hay quienes lo hacen con intenciones cómicas, sarcásticas o dramáticas y no buscan imitar a una mujer porque no tienen una orientación determinada.
Diamond platicó que tiene tres años en el transformismo, gusto por el que siempre tuvo la inquietud y del que aseguró le ha dejado muchas satisfacciones y amistades.
Siempre tuve la inquietud de vestirme así y antes actuaba como bailarín de algunas que son consideradas, como mis madres drag, y hasta que una de ellas me dijo que por qué no me animaba a vestirme y pues lo hice”, agregó.
El glitter en la piel y tacón, gloss en los labios marcados con delineador son todo un arte para quienes forman parte de esta comunidad, pues para poder lograr la imagen con la que sale al escenario a lucir sus mejores pasos de baile, platicó, le toma más de dos horas caracterizarse.
Y es que no solo invierte tiempo, pues también tiene que echar a volar su imaginación para lograr plasmar sus ideas de vestuario, los cuales son muy costosos por los materiales que ocupa, además de que tiene que pagarle a quien se los confecciona.
“Vestirme me toma de dos horas y media a tres, desde que agarro la primera brocha”.
Talento como bailarín
Su talento se destaca también por ser bailarín, lo que da a sus presentaciones un plus.
Incluso ha dejado el nombre de la ciudad de León en alto porque ha sido contratado en antros de otras ciudades para que dé shows y en algunos también ha participado en concursos de dragas.
“Desde hace dos años me han estado invitando al Pride de Puerto Vallarta, desde entonces es estar tocando puertas y por mi talento he logrado que en algunos hasta me paguen viáticos para poder presentarme”, agregó.
Ser transformista, expresó, representa libertad, arte y poder, además de que puede salir de su vida cotidiana y convertirse en un personaje.
Diariamente camina por las calles como cualquier persona, pero en el escenario con el maquillaje y sus atuendos es el artista que luce sus llamativas vestimentas.
“Ser drag es muy caro y a veces muy poco remunerado, no tenemos la conciencia de los pagos, pagan poco y se invierte bastante”, señaló.
Diego enfoca su personaje más en lo futurista, y procura manifestar la energía en los vinilos de vestimenta y que también en ocasiones lo plasma en su rostro.
AM