León, Guanajuato.- Este 28 de septiembre se cumple un año del asesinato de Isabella Álvarez. Su cuerpo fue encontrado en su departamento en el centro de la ciudad, a una cuadra del Templo Expiatorio.

Su homicidio conmocionó a la comunidad LGBTI+ y por supuesto, a su familia, amigos y conocidos, pues era una persona tranquila y trabajadora.

Isabella, de 28 años, era mujer trans y laboraba en una empresa de paquetería. Un día antes de que la encontraran sin vida no se presentó a su trabajo, por lo que sus compañeros de trabajo y familiares acudieron a su hogar e hicieron el lamentable hallazgo.

Un año después aún no hay detenidos; sin embargo, su familia agradece el trato respetuoso de las y los agentes de la Fiscalía, que siempre han abordado el caso usando la identidad que Isabella eligió.

La empresa donde trabajó también fue sensible, y le brindó todas las facilidades desde que ella inició su transición.

El hermano de Isabella, Ricardo, afirma que ha habido poco avance en el respeto a los derechos de las personas trans y en general, de la diversidad sexual y que este tipo de crímenes, de transfobia, ya debe parar.

Contó que a pesar de que la joven realizó todos los trámites para que su identidad de género coincidiera con sus documentos fue discriminada hasta el último momento, cuando en la iglesia donde realizarían la primera misa del novenario se negaron a usar su nombre, Isabella. Cambiaron de iglesia.

Ricardo Gallardo, activista LGBT y fundador, junto a su esposo Julio César O’farrell, de “Familia O’farrell AC”, dijo que ellos apoyan de manera gratuita a personas trans con el proceso de cambio de identidad porque el Estado no se los puede garantizar.

“Creemos que desde ahí viene la discriminación, cuando los legisladores no pueden garantizarte tus derechos, como ser humano, como individuo, la sociedad en general se siente con el derecho de discriminar. Si el ejemplo viniera desde arriba, que hay castigos contra los que discriminan, habría más control.

“Hay mucha discriminación, hay falta de oportunidades, para toda la comunidad LGBT, pero más este sector -trans-, rechazo que inicia muchas veces desde la infancia, con la familia, en la escuela.

“Muchos de la comunidad dejan de estudiar porque a nadie le gusta estar donde te atacan y eres razón de burla. Luego, cuando quieres ser tú, la familia te rechaza, no te dan trabajo porque no tienes estudios ni experiencia, por lo que terminan en la prostitución”.

No obstante, el activista cree que la sociedad en Guanajuato ya cambió, prueba de ello son los 18 millones de votos que recibió Wendy Guevara, mujer transexual, muchos de esos votos procedían de esta entidad.

“Quienes nos siguen reprimiendo son nuestros legisladores, no la sociedad”, concluyó.

Trabajo libre y digno

Naye Tello, del colectivo Chicas Biless, confirmó que Isabella en los últimos meses apoyaba a esa agrupación en la aplicación de encuestas sobre personas trans.

Chicas Biless tiene un proyecto, “Sección Arcoiris”, que busca crear espacios libres de discriminación para las personas LBGT+ en el ámbito laboral, con el que ya capacitaron a varios negocios pequeños y un Call Center.

Pero advirtió que la mayoría de las empresas se suman a la causa LGBT por moda: cambian su logotipo pero no responden a actividades simples como la capacitación gratuita en derechos humanos.

“Cuando Wendy Guevara ganó -el reality show-, la empresa Reyma volvió a subir un post relacionado, nosotros le insistimos -con la capacitación- y volvimos a quedar sin respuesta. Hay pocas empresas dispuestas a entrarle al tema”, concluyó.

Recuerda su legado

Ricardo, hermano de Isabella, recordó el legado de Isabella.

“Yo fui la primera persona a la que comunicó que iba a ser una persona trans, me dijo ‘Quiero ser así -trans- porque no me siento a gusto, no soy feliz siendo como soy y quiero hacerlo’”.

Era fanática de Lady Gaga, pero también le gustaba otro tipo de música.

“En el concierto de Ana Gabriel en el Palenque, que le pagó a mi mamá, Isabella le dijo ‘disfrútala, porque ya no la vas a ver’, y resultó que quien ya no la vio fue ella, ¡cómo son palabras que marcan!”.

Ricardo destacó que la empresa DHL, donde ella trabajaba como auxiliar administrativa, le brindó todo el apoyo en su transición y todos esos papeles estaban con su nombre, incluso antes de que saliera corregida el acta de nacimiento.

El día de su sepelio, más de 30 camionetas repartidoras acompañaron el cortejo fúnebre.

“Un compañero nos dijo ‘Nosotros nos dedicamos a la entrega y siempre hay paquetes difíciles de entregar, pero esta es la entrega más difícil que nos ha tocado’”.

Dijo que hace poco aún le otorgaron un reconocimiento póstumo como Empleada del Mes, que recogió su familia y que quedará de manera permanente en la empresa.

CA