León, Guanajuato.- Para participar en el show del mago Mario León, solo hay que estar bien sentado, los pies juntos y levantar la mano lo más alto que se pueda, luego, para poder pasar al escenario y ser asistente, poder acariciar un conejito o conseguir una varita mágica hay que ser el niño o niña que aplauda más fuerte.
La magia es incluyente, acerca a las personas. No es uno sino una decena de niños y niñas ruidosas pero felices, quienes agitan sus varitas sobre una pequeña caja y a la cuenta de tres son testigos de la aparición de un conejo que no estaba antes ahí.
Con gritos, aplausos y brincos celebran el truco. Después, se forman educadamente para tomarse una foto con el mago y el animal aparecido.
Yo comencé a hacer magia jugando, por un libro que me regaló una de mis hermanas. Hacía mis primeros shows ante familiares y amigos, por divertirme, por amor al arte. Comencé a hacer la desaparición de una moneda en una cajita. Ahora estoy trabajando en una rutina para el Mundial de Magia, que se celebrará en Colombia en 2025”
Mario León es un artista que a pesar de su juventud, 34 años, ya ha pasado la mitad de su vida como profesional. Tiene un recuerdo lejano, de una persona haciendo un truco con las cartas y a los ocho años comenzó a practicar. Fue hasta los 16 que empezó a cobrar por la pasión de su vida: la magia, actividad que siempre ha sido cuestionada, incomprendida pero a la vez, que causa fascinación y misterio.
En la víspera del Día Internacional del Mago (este 31 de enero), Mario llega a la plática con AM vistiendo una playera blanca con una corbata roja estampada en ella, un sombrero de bombín y un saco azul. Cuando habla sobre su arte, se le iluminan los ojos.
Platica de René Lavand, ese artista argentino que ha roto paradigmas porque es conocido como “El mago de una sola mano”. Perder una extremidad no le impidió ser conocido a nivel mundial por sus ilusiones con cartas.
Ya como profesional, él se resistía a hacer magia para niños, pero ahora la mayor parte de su actividad la desarrolla en fiestas infantiles, lo que le ha brindado grandes satisfacciones y la oportunidad de emprender con una pequeña empresa que espera expandir y que ya da trabajo a otras tres personas, incluso a otros magos.
Tuve la suerte de que me llamaran a dar un show a un niño enfermo, en fase terminal. Su ilusión era conocer un mago, a pesar de que él tenía un dolor inmenso, aguantó todo el espectáculo, riéndose. Salí con mucho sentimiento de esa función, rumbo a otro show. Llegando, salió el papá del festejado, cargándolo sobre los hombros.
Y me hizo una típica broma, que ahora sentí diferente: ‘¿Puedes desaparecer a mi hijo?’. Me quedé pensando en esa frase de ‘Cuidado con lo que deseas’”.
Actualmente brinda un show diario en la carpa Play Club de la Feria de León. Invita a todos los niños, niñas, a personas con discapacidad, a seguir sus sueños y a no olvidar que “la magia es la belleza de lo simple”.
Otro mago famoso: Don Bosco
Cada 31 de enero se celebra a San Juan Bosco, mejor conocido como Don Bosco.
Él fue un educador de jóvenes y niños en Italia en la segunda mitad del siglo XXI, era saltimbanqui para atraer la atención de estos, era mago y hacía trucos, malabares, era músico. Ese es el carisma de los salesianos -su congregación-, son los especialistas dentro de la Iglesia Católica de niños y jóvenes” a quienes se les educaba y formaba en algún oficio.
Así lo explica José Luis Palacios, columnista de AM e integrante del patronato en Proyecto Niños Don Bosco, un albergue para niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo que cumplió 64 años y donde han vivido más de 20 mil personas.
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