Buñol, España.- Tras dos años de pausa debido a la pandemia COVID, la famosa “Tomatina”, que consiste en arrojarse tomates y revolcarse entre ellos, regresó con la participación de personas de todo el mundo.
Trabajadores en camiones descargaron 130 toneladas de tomates pasados de maduros en la calle principal de Buñol para que los participantes los usaran como proyectiles, dejando el área empapada de pulpa roja.
Se calcula que unas 20 mil personas iban a participar en el festival, cuya entrada costaba 12 euros. Equipos de trabajadores usaron mangueras para limpiar las calles de la ciudad y los juerguistas se ducharon minutos después de que terminó la batalla del mediodía y que duró una hora.
El evento, realizado el último miércoles de agosto, se inspiró en una pelea de comida en 1945, entre niños de la localidad ubicada en una región productora de tomate.
La atención de los medios en la década de 1980 lo convirtió en un evento nacional e internacional, atrayendo a participantes de todos los rincones del mundo.
Funcionarios locales dijeron que esperaban menos visitantes extranjeros este año, principalmente debido a los temores sobre el COVID-19 en los países asiáticos.
Los participantes se ponen gafas de natación para protegerse los ojos. Al final de la batalla, su ropa —normalmente camisetas y pantalones cortos— queda cubierta de pulpa.
Además de ser la primera batalla desde antes de que comenzara la pandemia en 2020 en España, la celebración de este año tuvo el aliciente de ser el 75 aniversario del evento y 20 años desde que España declaró el festival atracción turística internacional.
HLL