La agencia de supervisión nuclear de Naciones Unidas describe la situación como "muy preocupante" en la planta nuclear de Zaporiyia

Kiev.- La central nuclear más grande de Ucrania, que está rodeada por tropas rusas, perdió el miércoles la energía externa necesaria para sus cruciales sistemas de seguridad por segunda ocasión en cinco días, según anunció el director de la agencia de supervisión nuclear de Naciones Unidas, que describió la situación como “muy preocupante”.

La advertencia del director del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi, se produjo en medio de una sucesión de noticias sobre la guerra de Ucrania. Las fuerzas ucranianas dijeron haber retomado cinco poblaciones en el extremo oeste de una región bajo control ruso y la principal agencia rusa de seguridad nacional anunció la detención de ocho personas en relación a la explosión del fin de semana en un puente de Crimea.

Los observadores del OIEA en la central de Zaporiyia -la más grande de Europa- reportaron la interrupción de la electricidad y dijeron que los generadores diésel de emergencia mantenían en marcha el equipamiento de seguridad nuclear, indicó Grossi, que se reunió el martes con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

“Esta pérdida reiterada de energía externa (…) es un acontecimiento muy preocupante y subraya la necesidad urgente de una zona de protección y seguridad nuclear en torno al lugar”, tuiteó Grossi.

La operadora estatal nuclear ucraniana, Energoatom, dijo en la plataforma Telegram que un ataque de misil ruso a la subestación Dniprovska, en la vecina región de Dnipropetrovsk, al norte, había dañado las instalaciones y provocado el corte de una línea de comunicación clave con la planta. Eso hizo que los generadores diésel se activaran de forma automática.

El mes pasado, el jefe de Energoatom, Petro Kotin dijo a The Associated Press que en general la planta de Zaporiyia tenía combustible suficiente para que los generadores diésel funcionaran durante 10 días. Dijo que los generadores eran “la última defensa de la usina antes de un accidente de radiación”.

En tanto, aumentan los combates en el sur de Ucrania y se han producido ataques rusos en todo el país.

Kyrylo Tymoshenko, subjefe de despacho del presidente Volodymyr Zelenskyy, dijo que el cañoneo ruso había causado al menos 14 muertes en las regiones de Zaporiyia y Donetsk. Al menos 34 personas en cinco regiones sufrieron heridas, escribió en Telegram.

Horas antes, el comando sur de las fuerzas ucranianas anunció la toma de cinco localidades en la región sureña de Jersón.

Las poblaciones de Novovasylivka, Novohryhorivka, Nova Kamianka, Tryfonivka y Chervone, en el distrito de Beryslav, volvieron a control ucraniano el 11 de octubre, según el vocero del comando sur, Vladislav Nazarov.

Las localidades estaban en una de las cuatro regiones anexionadas hace poco por Rusia.

Por su parte, la principal agencia rusa de seguridad nacional anunció el miércoles la detención de ocho personas acusadas de estar implicadas en la explosión en el principal puente que conecta Rusia con Crimea.

El Servicio Federal de Seguridad, conocido por el acrónimo ruso FSB, dijo haber detenido a cinco rusos y tres ciudadanos de Ucrania y Armenia por el ataque del sábado, que dañó el Puente Kerch entre Rusia y la Península de Crimea, una ruta crucial para pasajeros y mercancías, una obra millonaria auspiciada por Putin.

También se reportaron nuevos ataques rusos en la cercana ciudad de Zaporiyia, según un funcionario local.

Las autoridades ucranianas han celebrado la explosión en el puente, pero no han llegado a atribuirse el ataque.

El FSB, principal sucesora del KGB, afirmó que los sospechosos trabajaban a las órdenes de la inteligencia militar ucraniana para llevar los explosivos de forma clandestina hasta Rusia y falsificar la documentación que los acompañaba.

Los explosivos fueron trasladados por mar desde el puerto ucraniano de Odesa a Bulgaria antes de ser embarcados a Georgia, conducidos a Armenia y entonces de vuelta a Georgia antes de ser transportados a Rusia, según la agencia, en un complejo plan para llevarlos hasta su objetivo de forma clandestina.

Putin afirmó que los servicios especiales ucranianos planearon el ataque, que describió como “acto de terrorismo”, y ordenó un aluvión de ataques de misiles contra Ucrania a modo de represalia.

Los ataques rusos contra la región de Zaporiyia y la ciudad del mismo nombre continuaban el miércoles. Los proyectiles reventaron ventanas y puertas de edificios residenciales, según el secretario municipal Anatoliy Kurtev. No había reportes inmediatos de víctimas, aunque Kurtev advirtió a la población de una posible nueva ronda de ataques.

Zaporiyia, que se encuentra cerca del frente entre las fuerzas rusas y ucranianas, ha sido blanco frecuente de ataques en las últimas semanas. Forma parte de una región más amplia, donde se encuentra la central nuclear, que está bajo control ruso y Moscú se ha anexionado en contra del derecho internacional. La ciudad en sí permanece bajo control ucraniano.

Al sur, en una zona de la región controlada por Rusia, una potente explosión remeció la ciudad de Melitopol y lanzó por los aires un auto, según el alcalde, Ivan Fedorov. No había información sobre víctimas.

Las nuevas ofensivas se produjeron dos días después de que las fuerzas rusas golpearan muchas zonas de Ucrania con más misiles y drones cargados de munición, en una jornada con al menos 19 muertos. La oficina de derechos humanos de Naciones Unidas describió el ataque del lunes como “especialmente chocantes” y podrían suponer crímenes de guerra.

HLL
 

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