Alxa, China.- El jueves, equipos de rescate que contaban con retroexcavadoras y topadoras trabajaron arduamente en medio de toneladas de tierra y escombros con la esperanza de encontrar a los 48 desaparecidos tras un deslave que sepultó una mina a cielo abierto en el norte de China. Según la televisora estatal CCTV, la cifra oficial de fallecidos en la tragedia se elevó a cinco.
A pesar de los esfuerzos de los rescatistas, las condiciones en la zona del incidente seguían siendo peligrosas. Las labores de búsqueda se vieron interrumpidas por varias horas después de un segundo deslave que ocurrió en las amplias instalaciones de la mina situada en la vasta región de Alxa, en Mongolia Interior.
La policía paró a casi todo el personal y comprobó si tenían permiso de entrada antes de dejarles circular por la carretera de acceso a la mina.
Según una agente, solo las personas con autorización gubernamental podían acceder al lugar. Quienes vivían cerca de la mina fueron enviadas a una localidad próxima, agregó.
La seguridad era también estricta en otro puesto de control en la vecina región a Ningxia, a 15 kms (9 millas) al este de la mina, donde docenas de agentes inspeccionaban cada vehículo que trataba de circular en cualquier dirección. Allí había también grúas y otra maquinaria pesada, además de camiones cubiertos, cuya carga no era identificable.
Los rescatistas emplearon maquinaria pesada para excavar y cámaras que podían pasar entre los escombros, además de cámaras termográficas y equipos para detectar signos vitales, dijo Chang Zhigang, el responsable del operativo, a reporteros el jueves.
Los socorristas trabajaban con mucha cautela para evitar más desastres, agregó.
Seguiremos incrementando el número de rescatistas, en una carrera contrarreloj, y haremos todo lo posible para encontrar y rescatar a todas las personas atrapadas”, afirmó Chang, quien añadió que la policía estaba investigando la causa del siniestro y había algunos detenidos.
Alrededor de las 13:00 horas del miércoles, la pared de uno de los pozos cedió sepultando a gente y camiones bajo toneladas de rocas y arena. Unas cinco horas después se produjo el segundo deslave, que obligó a parar el operativo.
En el lugar había alrededor de 900 rescatistas con maquinaria pesada, que reanudaron el operativo el jueves en la mañana, indicó la agencia noticiosa oficial Xinhua.
El presidente de China, Xi Jinping, pidió poner “todos los esfuerzos en la búsqueda y rescate” así como “garantizar la seguridad de la vida y las propiedades de la gente y mantener la estabilidad social general”.
Las imágenes del derrumbe distribuidas por CCTV mostraban un enorme muro de escombros cayendo ladera abajo sobre personas y vehículos.
La empresa que explota la mina, Inner Mongolia Xinjing Coal Industry Co. Ltd., fue señalada y multada el año pasado por varias infracciones de seguridad que iban desde unas rutas de acceso poco seguras al almacenamiento inadecuado de materiales volátiles y a la falta de formación de sus supervisores de seguridad, indicó la web noticiosa Paper.
Mongolia Interior es una región clave para la extracción de carbón y de otros minerales y materias raras. Según los críticos, esta actividad ha asolado el paisaje tradicional de montañas, estepa cubierta de pastos y desiertos.
China depende mayoritariamente del carbón para la generación de energía y ha tratado de reducir el número de accidentes en minas poniendo más énfasis en la seguridad y cerrando instalaciones más pequeñas que carecían del equipamiento necesario.
La mayoría de los decesos en el sector se atribuyen a explosiones provocadas por la acumulación de metano y polvo de carbón, o a ahogamientos provocados por la entrada de los mineros en pozos abandonados por inundaciones.
En los últimos meses, China ha registrado numerosos accidentes letales en la industria y la construcción debido a la escasa formación y regulación en seguridad, a la corrupción oficial y a la tendencia de las empresas a recortar gastos para obtener beneficios.
La economía china se ha ralentizado en parte como consecuencia de los draconianos confinamientos y cuarentenas impuestos bajo el ahora abandonado protocolo de “cero COVID”.
HLL