Guanajuato.- La aprehensión de José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro”, líder del cártel de huachicol en Guanajuato, llevó cuatro años de persecución, millones de pesos gastados en operativos y decenas de muertos, pero ahora el remedio parece peor que la enfermedad.
A poco más de dos años de su captura, la ordeña de combustible y la violencia están imparables.
De acuerdo con un informe de Petróleos Mexicanos (Pemex), fechado el 2 de agosto, de enero a junio de este año, la Entidad gobernada por el panista Diego Sinhue Rodríguez Vallejo sumaba 329 tomas clandestinas localizadas.
Para la petrolera, los principales focos rojos son los municipios de Irapuato, con 73 tomas clandestinas de enero a junio de este año, seguido de Apaseo El Alto, con 54 piquetes en el mismo periodo.
Después figuran los municipios de Valle de Santiago y Silao, ambos con 32 piquetes; Salamanca, con 22; Abasolo, con 21; Pénjamo, con 18, Yuriria, con 17, y la capital del Estado, con 13.
A nivel nacional, de enero a junio, Pemex promedió una desviación de combustible de sus ductos de 6.3 miles de barriles diarios, lo que significa un aumento de 75 por ciento, pues en todo 2021 promedió una desviación de 3.6 miles de barriles al día.
Hasta mayo pasado, datos oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reflejaban que de enero a este mes, soldados habían encontrado 195 piquetes a los ductos de Pemex, en contraste con los 105 hallados en el mismo periodo de 2021 por esta dependencia.
Esto significa un aumento del 85 por ciento de piquetes, principalmente en la región donde se encuentra la Refinería de Salamanca “Ing. Antonio M. Amor”.
La información de la Sedena alerta que las tomas clandestinas han sido encontradas, en sus recorridos, en su mayoría en los municipios de Irapuato, Salamanca, Silao, León, la zona de los Apaseos, Pénjamo y Villagrán, zona de influencia del Cártel de Santa de Rosa de Lima, que fuera liderada por José Antonio Yépez Ortiz “El Marro”, y que ahora está en disputa.
“El Marro” fue detenido el 2 de agosto de 2020, y mientras ordeñó combustible a Pemex en Guanajuato, penetró a esa empresa corrompiendo a ingenieros, trabajadores petroleros y toda una red de protección estatal y federal, que a la postre fue heredada a sus rivales del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y células de su propia organización, que ahora protagonizan otra guerra en esa entidad.
Informes federales indican que tras la captura del líder criminal, nuevas células criminales se reagruparon y ahora el Ejército reporta el hallazgo de una toma clandestina al día, en promedio, colocadas por los huachicoleros en esa entidad para ordeñar gasolina y diésel.
Esos microgrupos representan además un riesgo para la población civil, pues al buscar un liderazgo único, se enfrentan no sólo entre sí, sino contra lugartenientes del CJNG, cuyos integrantes también pican ductos en la entidad.
HLL