Ciudad de México.- La mañana del sábado 14 de enero, las oficinas de la Secretaría de Gobernación se convirtieron en la sede del primer acuerdo interno, formal, para tratar de conjurar la fractura al interior de Morena, frenar la “cargada” de gobernadores a favor de algunos aspirantes y obligarlos a promover a todas las “corcholatas” con miras al 2024.
Dirigentes de ese partido aseguran que, aún cuando la instrucción salió de Palacio Nacional, fue el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien operó para convocar a los mandatarios estatales, para que estuvieran presentes en la reunión, realizada en el Salón Juárez de la dependencia.
Hasta el lugar llegaron 16 Gobernadores y el resto enviaron representantes. En la mesa también estaban quienes integran la cúpula de Morena: Mario Delgado, presidente; Citlalli Hernández, Secretaria General, y Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional.
El mensaje transmitido a los responsables de las estructuras gubernamentales y partidistas fue claro: el posicionamiento de la “marca” Morena es mérito del presidente Andrés Manuel López Obrador, el resto del trabajo, les toca a todos si es que quieren volver a ganar la elección.
En la reunión, Mario Delgado entregó una carta a los Gobernadores para pedirles varias cosas: la primera, garantizar la unidad, frenar la “cargada” de mandatarios a favor de algunos aspirantes que se han dedicado a promover, placear, dar foro y hasta porras solo a algunas de las “corcholatas”.
La segunda, hacer conciencia de que son cuatro y no tres, los que van a participar en la pelea rumbo a la encuesta que definirá la candidatura: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal. La primera vez que se reconoce al senador Monreal.
La tercera, que no solo tienen que ofrecer “piso parejo” a los aspirantes, sino invitarlos personalmente a visitar sus estados para que expongan sus propuestas y fortalezcan su presencia en público.
De los cuatro aspirantes presidenciables morenistas, solo dos estaban presentes en el cónclave: Adán Augusto, el anfitrión, y Sheinbaum, convocada por el cargo que ostenta en la Ciudad de México.
Mientras eso ocurría, el Canciller Marcelo Ebrard recorría el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), acompañado de los embajadores y cónsules de México, acreditados en todo el mundo.
El coordinador de los senadores, Ricardo Monreal, se enteró de la reunión, de la carta y de los acuerdos, apenas unas horas después de que ocurrió.
Para el zacatecano, en particular, la decisión resultó sorpresiva, no solo porque era la primera vez lo reconocían como “corcholata”, sino porque el riesgo de la ruptura, según sus nuevos cálculos, había quedado conjurado.
Es una señal positiva y correcta de la dirección de Morena. Asumo el gesto como una actitud de buena fe, pero tampoco me desbordo en optimismo ni puedo excederme en absoluta confianza. Son los inicios de un proceso interno complejo, regulado por normas estatutarias y normas jurídicas electorales que deberemos cumplir y respetar. La Constitución y la ley están por encima de todo.
‘No soy ingenuo’
“Tampoco soy ingenuo en pensar que la decisión de la organización política en la que milito haya sido espontánea, no creo que haya sido así, fue consultada con el Ejecutivo federal, a quien reconocemos como el principal activo de Morena y el haber sido aceptada la inclusión, haber sido aceptado como un cuarto aspirante, el cuarto en la cuarta, no es sino necesario reconocer y agradecer”, dijo Monreal, en entrevista con REFORMA.
Ya se verá si en el transcurso de las semanas se honra el acuerdo de “piso parejo” o se mantienen las corrientes al interior del partido en el Gobierno.
JRL