Ciudad de México.- La subsidiaria de Petróleos Mexicanos (Pemex) encargada de la refinación y producción de combustibles, Pemex Transformación Industrial (TRI), perdió en los últimos cinco años más de 800 mil millones de pesos.

Información de la petrolera y un análisis realizado por Carlos Ramírez, consultor económico de Integralia, exponen que sólo el año pasado, las pérdidas de Pemex TRI sumaron 74 mil millones de pesos.

De 2019 a 2023, el año en el que más dinero se perdió por la división encargada de producir combustibles de Pemex fue 2020, con un saldo negativo por 263.9 mil millones de pesos.

Ramírez explicó que, en general, en el mundo el negocio de la refinación es de márgenes de ganancia pequeños, por lo que operar con eficiencia es lo que marca la diferencia entre las ganancias y las pérdidas.

“Algunas refinerías o sistemas nacionales son más eficientes que otras porque hay diferencias contrastantes en la productividad de unas y otras, hay varios factores que definen esos márgenes de ganancia en la refinación, principalmente el estado de los ‘fierros'”.

“Si tienes ‘fierros’ ya muy viejos, con tecnología atrasada, pues inevitablemente no van a ser rentables. Si bien las refinerías tienen vidas productivas largas, si se tiene una refinería con una tecnología más avanzada eso marca la diferencia y en el caso mexicano del problema es que nuestro Sistema Nacional de Refinación tiene características que lo hacen casi, inevitablemente, perdedoras”, apuntó.

Ramírez dijo que en México, las refinerías de Pemex ya son equipos con muchos años de operación, con tecnologías muy atrasadas respecto a las condiciones que se tienen en otros complejos a nivel mundial.

Tan sólo la integración de las plantas coquizadoras -que pueden aprovechar de mejor forma el crudo pesado que se les inyecta-, anunciadas por esta Administración para las refinerías de Tula y Salina Cruz, se espera estén listas para finales del sexenio o inicios del 2025.

Dichos equipos, expuso Ramírez, ayudan a que a la hora de procesar el crudo se generen productos de alto valor como gasolinas o diésel,  y no residuales como el combustóleo.

Al preguntarle si hay posibilidad de rehabilitar los complejos que integran al Sistema Nacional de Refinación, explicó que sería una tarea que demandaría inversiones millonarias y que, por lo menos, podría tomar tres años, lo que implicaría casi rehacer una refinería.

Ante esto, es necesario evaluar la viabilidad de la tarea, explicó.

Aunque el sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador está por concluir en unos meses, el fin de semana aseguró que ni ahora ni en el futuro se cerrarán las refinerías de Cadereyta y Ciudad Madero, como lo propone la candidata del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez.

HLL

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