Durante el primer día del año, la mayoría de las calles de la ciudad lucían ‘desiertas’.
Mientras que en las menuderías el panorama era diferente, estaban llenas de personas que esperaban degustar un plato de menudo o pancita, como también se le conoce, acompañado de una cerveza o un jugo de naranja recién hecho.
A decir de quienes venden este platillo, durante los días festivos éste se vende más, por lo que desde horas antes se preparan para guisar, picar y darle sazón para tener un buen menudo.