Compensando la molesta presencia del COVID, el año 2022 nos llena de varias hermosas noticias; aniversarios científicos que nos obligan a recordar el importante papel de la ciencia en la vida humana.

Iniciamos por recordar el mil trescientos aniversario del nacimiento de Jabir Ibn Hayyan, prolífico autor árabe del medievo. Se dice que escribió miles de libros, lo cual es dudoso, sin embargo, escribió sobre alquimia, astronomía, astrología, cosmología, medicina y procesos químicos útiles para metalurgia, tintes y vidrio, entre otras áreas. Algunos lo consideran, al menos en el mundo árabe, como padre de la química y de la ciencia farmacéutica.

En este año tenemos también el cien aniversario del nacimiento de Rosalyn Yalow, cuyo nombre antes de casarse era Rosalyn Sussman.  Ella obtuvo en doctorado en física nuclear en 1945 trabajando en el uso de radioisótopos para mediciones químico-biológicas en el cuerpo humano, desde hormonas y enzimas hasta vitaminas y virus.  Este trabajo le mereció el premio Nobel de fisiología y medicina en 1977.

Festejamos también el ciento cincuenta aniversario del nacimiento del físico neozelandés nacionalizado británico Ernest Rutherford.  Fue un extraordinario físico experimental que transitó por las universidades de Cambridge y Manchester en Inglaterra, así como McGill en Canadá. Trabajó en el estudio de los principios que explican la radioactividad y dedujo la existencia de núcleo atómico. Desde la propuesta de átomo hecha en la Grecia antigua no se había dado un paso tan importante en el estudio de la materia. También trabajó en el estudio de la transmutación de elementos logrando lo que los alquimistas medievales soñaron hacer; transformar elementos de una sustancia en otra.  Cuando murió en 1937 su alumno Niels Bohr señaló que, como Galileo, Rutherford dejó la ciencia en un estado muy diferente del que se encontraba.

Este año también se festeja el ciento cincuenta aniversario del “demonio de Maxwell” que fue propuesto por James Cleck Maxwell en su libro sobre Teoría del Calor, definido como: “ente ficticio capaz de seguir el movimiento individual de cada molécula”.  Este ente ficticio fue usado por Maxwell para explicar por qué un cuerpo frio no podrá espontáneamente calentarse violando la segunda ley de la termodinámica.  Cualquier lista de los más grandes científicos de la historia de la humanidad incluye, sin falta, a Maxwell junto a Galileo, Newton, Bohr y Feynmann, entre otros.

Este año también se conmemora el doscientos aniversario del nacimiento de Hermann von Helmholtz, brillante científico nacido en Potsdam, Prusia, cuyo nombre se encuentra en varios campos y especialidades, en particular en física y óptica.  Pasó su vida profesional transitando entre las universidades de Königsberg, Heidelberg y Berlín.

inalmente, también tenemos el veinticinco aniversario del nacimiento de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta en el Instituto Roslin en Edimburgo.

Me disculpo con mis amables lectores por el hecho de que los dos sábados anteriores fueron el veinticinco de diciembre y el primero de enero, razón por la cual esta columna no se publicó. 

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