Lo sabe el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O; lo sabe la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier; lo sabe la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja; lo saben los gobernadores, diputados y senadores de Morena. Todos lo saben.

Pero sólo uno se atreve a decirlo en público y con todas sus letras: “sin la inversión privada el país no crecerá”. Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México lo dice claro. Heath fue el primer nominado por el presidente López Obrador a la Junta de Gobierno del Banxico. Pragmático, experto en economía y, sobre todo, independiente, ya había disentido de la reforma eléctrica en octubre pasado cuando dijo al periódico El País que “la reforma eléctrica es adversa a la recuperación económica”.

La ventaja de Heath es que no lo pueden correr y puede hablar con transparencia. El problema para los demás funcionarios públicos es que están atados a una narrativa falsa que está hundiendo al país y no quieren enfadar a quien está muy enojado.

Parte del problema es la oposición y la iniciativa privada. La mejor defensa del país y de las empresas es invertir a pesar de que haya más trabas que antes y tengamos la maledicencia de los radicales de Morena, comenzando por el Presidente. Cierto que hay sectores apestados como la producción y distribución de energía, ahora entregados a la discrecionalidad de una burocracia entumecida y adversa.

Pero sobran lugares y sectores de mucho futuro donde no hay casi intervención gubernamental como la agroindustria o la producción industrial. Hay problemas mundiales por la inflación de materias primas y falta de partes como los chips que atoran la producción de automóviles pero eso pasará. En los servicios hay miles de oportunidades con el comercio electrónico o los nuevos modelos de distribución a domicilio. La pandemia trajo cambios que permanecerán.

Las dificultades son mayores por la explosión de requisitos en la burocracia. Para combatir el robo de mercancías se inventó la Carta Porte del SAT, un registro con CFDI de cada embarque que circula por las carreteras. A los asalta caminos los tiene sin cuidado pero aumenta la carga administrativa a los transportistas con más pasos en sus procesos, cuando la solución está en la voluntad política de luchar contra el crimen.

Para Femsa, la empresa dueña de la cervecería Cuauhtémoc y los Oxxos, la solución no está en invertir fuera, sino fortalecer sus tiendas a pesar del ataque permanente desde Palacio. Si hay más mercado para crecer, deben de hacerlo.

Seamos claros, a la llamada 4T le quedan a lo mucho 24 meses de poder. Es nada en nuestra historia. Cuando venga la campaña política de 2024, el poder de López Obrador estará en el ocaso. Si los empresarios olvidan las afrentas y trabajan invirtiendo, tendremos un país menos dañado al final del sexenio, si dedican el tiempo a lamentar los obstáculos impuestos, el esfuerzo será doble ante la falta de crecimiento. Luego sucede lo que en cada crisis: quienes son “aventados”, quienes sueñan y viven para crear y producir, serán los ganadores.

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