En Monterrey comienza a escasear el agua. Justo al día siguiente de la celebración de la primavera y el día mundial del agua, la gente de la Zona Metropolitana de esa ciudad tendrá días secos. Inician las tandas.
Según el periódico El Norte, las tres presas que abastecen el área metropolitana atraviesan una situación crítica& “la de Cerro Prieto, en Linares al 8%; La Boca, en Santiago al 15% y El Cuchillo, en China 52%”. Los pronósticos son dos meses más de sequía.
No es la primera vez que Monterrey sufre sequía y la resuelven con la construcción de presas. Nuevo León es un estado con muchos recursos y crece por encima de la media nacional. Pasarán una temporada de secas, cerrarán tinacos, dejarán de regar jardines y lavar autos a punta de manguera.
Aunque es un estado endeudado con unos 70 mil millones de pesos, no tendrá problemas en conseguir el crédito suficiente para construir una solución hidráulica para su abastecimiento. La gran ventaja de su fortaleza económica industrial le permite pagar lo que sea necesario.
Eso no evita que el cambio climático le pegue con mayores temperaturas, ni que todo sea resuelto sin sacrificios. Tendrán que construir presas o llevar el agua de fuentes lejanas como los afluentes del río Pánuco en Tamaulipas. El valor del agua merece cualquier sacrificio.
Monterrey, a pesar de su sequía intermitente, tiene tarifas de agua domésticas mucho menores a León. Un ejemplo sencillo: por 20 metros cúbicos de consumo pagan $200 con todo y drenaje, por 50 pagan $568. En León 20 metros cúbicos cuestan $595 y por 50 sube a $1,973, según las tarifas publicadas para este mes por Agua y Drenaje en Monterrey y Sapal en León.
Tenemos el agua más cara del país y eso permite que Sapal obtuviera un remanente de 600 millones de pesos el año pasado. Buen dinero para invertir en la mejora de la red y ampliar el servicio a más colonias, pero insuficiente para resolver el problema a largo plazo. León consume unos 85 millones de metros cúbicos al año, y a pesar del crecimiento, logra una de las mayores coberturas urbanas con más del 95% de la población. Aunque la meta siempre debe ser llevar agua al 100%.
Podríamos pasar dos o tres años más comprando pozos o perforando en las cercanías de la ciudad para acrecentar la dotación; podríamos tener proyectos de reforestación, reciclaje y ahorro, incluso podríamos elevar el precio del agua para su mejor conservación. El problema para el final del sexenio de Diego Sinhue Rodríguez, será dejar un proyecto financiero con el que podamos traer agua de diversas fuentes.
En pasadas columnas, comentamos que el problema del agua no era técnico sino político. Hoy, por la inflación y el cercano aumento en las tasas de interés, también es un problema financiero. Debemos seguir de cerca los pasos que darán el gobernador Samuel García y el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio para resolver el problema.
Vamos tarde en la solución del agua pero podemos acelerar el paso. Todas las medidas ayudarán, incluso pensar que en un futuro próximo la naturaleza de nuestros parques y jardines deberá ser distinta, con proyectos ecológicos que optimicen el uso de agua. Sigamos los pasos de Nuevo León y sus proyectos para resolver el problema de hoy.