Los médicos y otros profesionales clínicos son desafiados por diferentes y complejos problemas éticos en su práctica cotidiana (incluso en ambientes de menor productividad asistencial). Desde la remuneración por compañías farmacéuticas o de tecnología, “cubrir” algún error en la atención, el reportar a algún colega con mala praxis, prescribir placebos, practicar de manera prioritaria medicina defensiva para evitar demandas, no atender a la confidencialidad de la atención clínica, manipular información para cuestiones de seguros médicos, entre muchos otros, el profesional sanitario se enfrenta a problemas que no son de una sencilla resolución y debido a ello es que valdría la pena conocer y recordar el significado de una atención con “”ética”.

Ya desde la antigüedad con el juramento hipocrático o la oración de Maimónides, en diferentes culturas, tradiciones y sociedades se han conformado y guiado los diferentes estándares éticos en la profesión médica, siendo la gran mayoría de ellos orientados a “evitar el daño a los pacientes”, manifestándose como la traducción de las normas sociales que distinguen a lo bueno y lo malo o lo correcto y lo incorrecto de la conducta humana (es decir la moral) a acciones puntuales en estas profesiones particulares.

Derivado de lo anterior, se entiende que la ética es una parte intrínseca del ejercicio médico y da incluso forma al presente y futuro del mismo. Por ello, la institucionalización de una práctica ética debe ser una necesidad a solventar, para evitar en la medida de lo posible el sesgo que puede apremiar si los dilemas se dejan a consideración de las creencias o intuición de los individuos.

En este esfuerzo, se han considerado cuatro principios generales que abarcan la Autonomía (o la autodeterminación del paciente respecto a su salud y cuidado de la misma), la Justicia (referida a una distribución equitativa de recursos para la salud entre las sociedades), la Beneficencia (el procurar el bien para los pacientes) y la No maleficencia (el asegurarse de no dañar a los pacientes)

De una forma más extendida, con el principio de Autonomía se debe apelar a tener el consentimiento específico de los pacientes antes de cualquier tratamiento médico, siendo este informado y con la descripción de riesgos y beneficios conocidos, así como alternativas terapéuticas. En el caso de la Justicia, el tratamiento equitativo debe apremiar, siendo este último basado en las mejores pruebas, tecnología, medicamentos u otros recursos sanitarios disponibles y adaptados a la situación local de los servicios de salud, siendo clínicamente adecuados y que permitan una seguridad óptima y para atender a la beneficencia y no maleficencia, es imprescindible tomar decisiones para los pacientes basados en necesidades clínicas verdaderas y siempre bajo la responsabilidad de un profesional sanitario con certificación o licencia para ello.

Los médicos y otros profesionales clínicos estamos acostumbrados a poner en práctica guías, algoritmos o recomendaciones clínicas, pero rara vez nos detenemos a revisar, analizar y ejercer lo contenido en las guías éticas de nuestras instituciones o unidades hospitalarias y considero que es porque no les encontramos una “utilidad” inmediata. Sin embargo, entre los beneficios que se pueden obtener de atender estas disposiciones, entre otras, se encuentran las de resolver disputas entre pacientes, familiares u otras partes involucradas, el mantener una conciencia tranquila, el entender nuestro rol como prestadores de servicios, procurar el respeto de nuestros pacientes y de otros clínicos mejorando lazos de comunicación e incluso ser más eficientes (al anticipar potenciales conflictos derivados de la atención médica).

La sugerencia, mis estimados colegas y profesionales afines, es la de revisar el código de ética de su institución de manera que, con carácter prioritario, se pongan en marcha las recomendaciones, prácticas y políticas contenidas en el mismo y de igual manera, ser un justo crítico del mismo si se encuentran desviaciones o algún tipo de sesgo. Es tiempo.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *