“¿Cómo voy a matar yo a la persona que amo?”
Laura Cuevas Morán, viuda de Federico Gertz Manero
Alejandra Cuevas Morán deberá quedar en libertad a partir de hoy. La Suprema Corte finalmente entra al fondo del asunto en el que el ciudadano Alejandro Gertz Manero la acusa a ella y a su madre, Laura Cuevas Morán, de matar a su hermano Federico.
El Fiscal General de la Nación está en serios problemas ante la opinión pública. Primero porque nadie cree en la acusación que hizo a su cuñada de haber asesinado -por descuido- a Federico Gertz Manero. Como ciudadano, su litigio fue desestimado durante varios años por los tribunales de la CDMX y luego por los federales. Hasta que llega a la Fiscalía General, un cargo con autonomía de 9 años (2027). El puesto le dio el poder de influir sobre el caso y logró encarcelar a Alejandra y obtener una orden de aprehensión en contra de Laura de 94 años.
La defensa que han hecho la hija y los hijos de las inculpadas captó la atención de los medios y del público. Alonso, Gonzalo y Ana Paula Castillo, lucharon en todos los ámbitos para que se hiciera justicia. Contra toda práctica jurídica, el caso que es del fuero común, lo atrajo la Suprema Corte cuando un tribunal federal había fallado a favor de las inculpadas. Un tráfico de influencias a plena luz del día. Gertz Manero, por ser funcionario recibía un trato diferenciado al común de los ciudadanos. La Corte se ocupa de asuntos constitucionales de trascendencia y no de acusaciones penales peregrinas ya juzgadas.
Cuando la Corte estaba cerca del fallo, surgieron llamadas interceptadas a Gertz donde decía tener a su favor a varios de los magistrados. El escándalo hizo que se pospusiera la fecha de la definición para hoy. Como no hay forma de sostener sin evidencias la acusación, Gertz quedará al descubierto.
Si a eso sumamos la guerra que estableció contra Julio Scherer y Santiago Nieto, contra los especialistas que descubrieron un plagio en una de sus obras; si sumamos las revelaciones periodísticas de una fortuna inmensa fuera del país no declarada, tendremos a un fiscal moralmente derrotado.
Pero la historia no queda ahí. En el tablero de acusaciones infundadas está la de Ricardo Anaya, perseguido por la Fiscalía por presunta corrupción al recibir dinero de Emilio Lozoya, delincuente confeso y encarcelado quien no pudo probar el soborno que sacaría al panista de la contienda política en 2024.
Además está la guerra contra los abogados socios de Julio Scherer, a quienes tiene en la mira por presuntos delitos de extorsión. De frente tiene a dos publicaciones importantes de la vida nacional: Proceso y El Universal. La revista porque es de la familia Scherer y El Universal por haber sido expuesto su dueño Juan Francisco Ealy Ortiz, cuando transportaba 35 mil dólares en su jet, presuntamente para la boda de Santiago Nieto en Antigua, Guatemala. Festejo que le costó el puesto de titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda.
Lo delicado de esta guerra es que Gertz tiene poder absoluto. Fue nombrado como fiscal independiente por 9 años y sólo el Congreso podría decidir su salida ante una falta grave.
Aunque el presidente López Obrador lo apoya en las mañaneras y dice tener su confianza, no puede evitar la carga política negativa. Gertz tiene un carácter conflictivo y autoritario que puede producir riesgos innecesarios a la 4T. Aunque técnicamente el Presidente no puede retirarlo del puesto, sería imposible que Gertz siguiera en el cargo sin su apoyo.
Hoy habrá mucho de qué hablar sobre el tema.