Un diputado texano pide que  a los diputados mexicanos “amigos de Rusia” les quiten la visa para entrar a Estados Unidos. El legislador demócrata, Vicente González,  lo solicita al Secretario de Estado y al de Seguridad Nacional porque: “es suficientemente vergonzoso que México, nuestro vecino más cercano en el sur, haya elegido no estar en unidad con la comunidad internacional de democracias, en su lugar, se han opuesto a enviar cualquier ayuda a Ucrania o a imponer sanciones a Rusia”. 

Tiene toda la razón. Fueron 25 diputados, a quienes llamé “hijos de Putin” en una pasada colaboración,  quienes se unieron para demostrar “amistad” al embajador ruso de cuyo nombre no quiero acordarme. 

En contrapunto llega información que contrasta con los lamebotas de Putin: Juan Ramón de la Fuente, representante de México en el Consejo de Seguridad de la ONU, respalda la investigación de los crímenes de guerra en Ucrania. 

Hay tres bandos frente a la desgracia. El decente, razonable y solidario del Dr. De la Fuente, quien condena desde el primer día la invasión rusa; el tímido y confuso de Palacio, donde el presidente dice ser “neutral” y el radical de los diputados del PT, algunos de Morena y Augusto Gómez Villanueva, uno de los priístas más execrables que hay. ¿Qué podrán decir “Changoleón” Fernández Noroña y compañía al ver los cientos de civiles tirados por las calles de Bucha, torturados y asesinados a mansalva por los soldados rusos?

Otra noticia que describe la realidad nacional es la integración con Norteamérica. La herencia del mejor neoliberalismo promovido por Carlos Salinas de Gortari, muestra que en febrero fuimos campeones mundiales en comercio con Estados Unidos. Superamos a China y a Canadá en el intercambio comercial con 56 mil 252 millones de dólares. Con el fruto de ese comercio la economía nacional crece en empleos formales. 

El PT y sus secuaces se quedaron con la bandera roja y amarilla del comunismo del siglo pasado. Rusia no es comunista, sino una tiranía oligárquica y capitalista. Un estado agresor imperialista que amenaza con volar al mundo en pedazos con su armamento nuclear. Si quieren una muestra de lo que ocasiona la guerra pueden verla en Perú, donde miles de agricultores hacen paros y pelean con la policía por el aumento en el precio de los combustibles y los fertilizantes. El presidente, Pedro Castillo, maestro campesino no encuentra la salida y decreta “toque de queda”. 

En el país el aumento del precio del pan y la tortilla son producto del rompimiento comercial. Ucrania no puede cosechar y Rusia está bloqueada en todo, incluso no permitirán que sus barcos atraquen en puertos europeos y norteamericanos. ¿Qué gana el PT con su amor a Rusia y a Corea del Norte? 

En redes sociales la opinión pública apoya al representante Gonzalez para que Estados Unidos les quite la visa de Estados Unidos de por vida. ¿Quién podría respaldar al grupo de los 25 “representantes populares” al tomar partido por el tirano, asesino y criminal de guerra Vladimir Putin? 

Mientras miles de mexicanos luchan por llevar ayuda a Ucrania y muestran solidaridad total con el debil, con la victima de atrocidades y el genocidio, los miserables prorusos como Fernández Noroña, gusta de retratarse en Las Vegas o Nueva York. Buena enseñanza sería excluirlos de  EU e incluso de la Comunidad Europea, para que aprendan. Y no digo más porque todo son improperios imposibles de publicar. Imagínese. 

Justin Trudeau invitó a López Obrador a una reunión de solidaridad con Ucrania el próximo sábado. Va a ser interesante si se suma o no. Nuestro destino está en juego. 

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