Si bien el acceso universal, oportuno y suficiente a todos y cada uno de los elementos que coadyuvan a la atención médica (tecnología, insumos, reactivos, consumibles, entre otros) no ha sido garantizado en su totalidad en el transcurso de los años, a últimas fechas es notorio el aumento de la limitación en la disponibilidad de estos materiales, puesto que el desabasto se ha ampliado en multitud de sectores incluyendo el del cuidado de la salud. 

La inflación, los brotes y reactivación del COVID en China, sumados al conflicto en Ucrania, entre otros factores, han ocasionado alteraciones sustanciales en los procesos de producción, traslados y envíos, que de por sí ya estaban sumamente lastimados durante la pandemia.

La reapertura de servicios, que engloba todos aquellos casos suspendidos en su atención por la contingencia sanitaria (muchos de ellos que son de alta complejidad y que requieren mayor cantidad de estudios, procedimientos e incluso estancia hospitalaria), sumado al aumento de los costos en sueldos y salarios, aumento del precio de fármacos, equipos de protección personal y otros productos y servicios añadidos, han condicionado un mayor gasto en las instituciones de salud. Al día de hoy, multitud de hospitales reportan desafíos aumentados al intentar procurar de manera óptima los recursos clave que requieren para su operación, incluyendo los recursos humanos (muchos de ellos víctimas de burnout y abandono laboral).

Los sistemas hospitalarios y de atención a la salud son sumamente dependientes de distribuidores y de la logística de terceros involucrados en los procesos de fabricación y repartición, siendo poco flexibles (en algunos casos incapaces) de adaptarse a situaciones de crisis. Multitud de anomalías como son los inventarios deficientes y una pobre percepción de necesidades, se suman a las limitantes en la capacidad de transporte y movilización de recursos, tomando también en consideración el acaparamiento que suele realizarse por los centros hospitalarios ante situaciones de desabasto. De igual manera, es notorio que hay anomalías en los procesos de compras y licitaciones y en variedad de ocasiones existen incumplimientos en el suministro de bienes de uso médico.

La metáfora del “efecto mariposa” es válida en este escenario de disrupción de las cadenas de suministro, en las que un evento de características menores puede tener un impacto brutal en un sistema de alta complejidad. A la fecha, un barco contenedor atorado en el Canal de Suez, interrumpiría el sistema de distribución global.

Es importante recordar que estas interrupciones no tienen nada de “inesperado”, pues es seguro que ocurrirán. Si bien son inevitables, varían y difieren en su magnitud e impacto. El problema sustancial radica en nuestra capacidad (o incompetencia según el caso) de lidiar con estas alteraciones.

En las instituciones hospitalarias se requerirá entonces de personas que sean capaces de realizar planeación estratégica orientada al estudio de la demanda, administración operativa, logística, estar al tanto de procesos de manufactura, almacenamiento, procuración y transporte (con la complejidad que representa cada uno de estos procesos) entendiendo la relación que existe entre todos y cada uno de estos elementos.

De nuevo, no es alarmismo ni fatalismo, pero estamos en la antesala de una tormenta perfecta, en la que las instituciones de salud deberán realizar cambios sustantivos de carácter financiero y operacional, que los puedan mantener a flote ante esta amenaza potencial. La realidad global afecta de manera sustancial a las regiones, comunidades e individuos, por lo cual entender el contexto mundial es imprescindible. Es imperativo formar nuevas relaciones entre los administradores en salud, médicos, aseguradoras, proveedores, mayoristas, detallistas y otros protagonistas. El problema está frente a nosotros, ahora bien ¿Estamos listos? ¿Contamos con las personas adecuadas?, esperemos que por el bien de los pacientes, así sea.

Médico Patólogo Clínico. Especialista en Medicina de Laboratorio y Medicina Transfusional, profesor de especialidad y promotor de la donación altruista de sangre   

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