En Monterrey la están pasando mal porque no tienen agua suficiente. El abasto está suspendido 18 horas al día. El racionamiento sucede siempre en los meses donde la temperatura es insoportable, incluso a la sombra. A las 5 de la tarde de ayer, el termómetro marcaba 37 grados centígrados, pero la sensación térmica era de 42.
La gente está acalorada y molesta; el gobernador Samuel García y su equipo de Agua y Drenaje de Monterrey (la entidad responsable), viven angustiados porque, si no llueve o no llega un huracán, el racionamiento se prolongará hasta diciembre.
El problema llegó a las escuelas donde no hay suficiente agua para los servicios sanitarios si se cumple el horario completo. La solución fue reducir a 4 horas la jornada escolar. A las 11 am están fuera los chicos de primaria matutina. Eso genera un problema para los padres de familia pues rompe toda la rutina de trabajo.
Como solución a la emergencia planean perforar pozos para extraer 2.9 metros cúbicos por segundo, una quinta parte del consumo estacional. La complicación es que tardarán 10 meses en lograrlo, mientras tanto a rezar o a danzar para que la lluvia regrese después de meses secos.
La solución a largo plazo es traer más agua de la presa El Cuchillo, pero se necesita un acueducto de 105 kilómetros y una inversión estimada de 12 mil millones de pesos. El gobernador García sabe que la federación no le ayudará con el problema; la Secretaría de Hacienda está muy ocupada subsidiando los combustibles para que no se dispare la inflación. Además el presidente López Obrador prometió que todos los ahorros irían a apoyos sociales.
Otra limitante burocrática para los 5.3 millones de habitantes de la Zona Metropolitana de Monterrey es la deuda que carga el estado desde el sexenio de Rodrigo Medina. Al 31 de marzo de este año, Nuevo León tenía una deuda directa e indirecta de 82 mil millones de pesos, casi el presupuesto total de Guanajuato. Hacienda los tiene en foco rojo y no les permite pedir prestado. Samuel espera pronto estar en foco verde para iniciar el acueducto que les daría otros 5 metros cúbicos de agua por segundo*.
Para un estado de la pujanza de Nuevo León, tomar un crédito y detener la calamidad de la sequía no debe ser problema. Cualquier banco le prestaría al estado para hacer la obra que tardaría 2 años en construirse. Tan sólo el primer trimestre del año ese estado ingresó 30 mil millones de pesos, un 20% más que Guanajuato que tiene 400 mil habitantes más.
Perdón por tanta cifra pero la reflexión viene porque en Guanajuato, y particularmente en León, podríamos sufrir desabasto de agua si no concretamos un proyecto viable. El agua del Zapotillo la darán a Guadalajara porque así lo quiso el Presidente. Nuestro estado tiene una buena calificación crediticia y está en semáforo verde. Aunque nuestro problema más urgente es pacificar la entidad, no podemos olvidar nuestro futuro hídrico.
Al ver los estados financieros de Nuevo León, notamos que tiene un capital de trabajo negativo, es decir, debe más de lo que tiene en el corto plazo. Los intereses van a subir restringiendo la capacidad de pago de ese estado pero al tiempo bajarán y la alta productividad de los regios los hará salir adelante. Samuel sabe que no contará con la federación, menos en la última parte del sexenio, así que tendrán que sacar el “agua de su pozo”. (Continuará)
*Con información del periódico El Norte