La generación de energía usando reactores nucleares de fisión es, en condiciones normales, una forma altamente eficiente y no contaminante de producir energía.

De hecho alrededor de una planta generadora de electricidad que funciona a base de quemar petróleo o carbón hay muchísima más contaminación ambiental en aire y suelo que alrededor de un reactor nuclear.  Sin embargo los reactores nucleares de fisión tienen el problema de producir residuos nucleares altamente tóxicos y de muy larga vida.

Entre los peores se encuentra el uranio 235 y el plutonio 239 que tienen una vida media de ¡veinticuatro mil años!  Es decir que los residuos generados deben de guardarse en lugares especiales durante este largo tiempo. Para entonces posiblemente la humanidad ya no exista pero la basura toxica dejada por los humanos seguirá presente.

Recientemente el físico Gérard Mourou, quien ganó el premio Nobel de Física junto con la Dra. Donna Strickland por el desarrollo de una técnica para producir pulsos láser ultracortos e intensos, manifestó que utilizando láseres se podría reducir el tiempo medio de vida de los residuos nucleares tóxicos pasando “de millones de años a solo 30 minutos”. Esta noticia gratamente sorprendió al mundo.

Desde luego, no se espera que esta solución a la contaminación nuclear mundial empiece a operar en este año sino seguramente después de unos quince años de investigación y desarrollo.

Se pretende aplicar la técnica desarrollada para producir pulsos láser extremadamente cortos e intensos que le valió a Mourou y a Strickland el premio Nobel, para afectar los núcleos atómicos de residuos altamente contaminantes. En esta propuesta también colabora el Dr. Toshiki Tajina de la Universidad de California. El Dr. Mourou explica: “Tome usted un núcleo atómico, el cual está formado por protones y neutrones.  Si añadimos o quitamos un neutrón, esto cambia absolutamente todas las propiedades. 

El tiempo de vida de los desperdicios nucleares pueden pasar de millones de años a treinta minutos”.  Se está trabajando en esta idea en el laboratorio con el objetivo de llevarla a la práctica exitosamente a nivel industrial. Para esto se está recibiendo apoyo de la Comisión de Energías Alternativas de la Comisión de Energía Atómica (CEA) de Francia. El Dr. Mourou añade: “Los diez o quince años que esta investigación tomará parecerá un tiempo muy largo pero no es nada comparado con las escalas temporales de este problema”. Francia tiene mucho interés en resolver este problema pues más del setenta por ciento de la energía eléctrica producida en este país es generada en plantas nucleares.

En seguida esta Ucrania que genera más del cincuenta por ciento de su energía de modo nuclear seguido cercanamente de Eslovaquia, Bélgica, Hungría, Suecia, Eslovenia y la república Checa.  Ninguno de estos países tiene algún plan para resolver el problema de desperdicio nuclear más allá de enterrarlo durante miles de años. La organización Greenpeace estima que hay aproximadamente 250,000 toneladas de desperdicio nuclear en catorce países del mundo y que 22,000 metros cúbicos de estos desperdicios son muy peligrosos. 

El plan propuesto por el Dr. Mourou consiste en transmutar -usando láseres- los átomos tóxicos para transformarlos en átomos de baja peligrosidad.  Es muy probable que en los próximos años se tengan resultados alentadores.

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