La Corte Suprema de Estados Unidos ha votado a favor de anular la histórica sentencia Roe vs. Wade, con la cual se garantizaba la protección constitucional federal para abortar. En 1973, con el seudónimo de Jane Roe, una mujer embarazada en Texas, manifestó su deseo de abortar debido al hecho de haber sido violada, lo cual da lugar al caso Roe contra Wade (nombre del fiscal del distrito). La corte estuvo de parte de Roe y anuló la ley de Texas, que determinaba que el aborto era un delito. Tiempo después Roe confesó que no hubo violación, tampoco abortó, dio a su hija en adopción. Por un tiempo promovió el aborto, posteriormente se convirtió en provida, y al final de sus días declaró que su cambio repentino fue debido a que recibió dinero para hacerlo. La actitud cambiante y convenenciera de esta mujer restó credibilidad a su activismo. “Roe fue un error garrafal desde el principio”, escribió el juez Samuel Alito. Con la anulación de Roe contra Wade, el derecho al aborto quedará ahora en manos de cada uno de los estados de Estados Unidos. 

Con esta noticia los grupos provida festejan que una proporción considerable de mujeres que contemplaban servicios de aborto, estará llevando sus embarazos a término, dando oportunidad de vivir a la criatura en gestación. 

Por otra parte, quienes deseen abortar y tengan posibilidades, recorrerán la distancia necesaria para conseguir los servicios o recurrirán a medicamentos abortivos, que según la Organización Mundial de la Salud son seguros y eficaces. Ahora bien, esto dependerá de que no haya persecución penal ni criminalización. 

En el tema del aborto la sociedad se divide: o estamos por la mujer y su libertad o estamos por los bebés en gestación. Las disputas han tenido etapas que han tratado de despojar al no nacido de sus derechos. Ahora que la evidencia científica es innegable y demuestra que el embrión es un ser humano vivo en gestación, persiste el empeño de no reconocerlo como la persona que es. Se niega su capacidad de sentir dolor o placer, se minimiza su capacidad potencial de razonar y decidir, y se le considera sin derechos por no haber nacido aún.         

Lo que es un hecho es que la causa proaborto no favorece a la mujer misma, ni al liberalismo, ni al progreso. Tampoco se pueden ponderar los derechos del más fuerte cuando una parte se encuentra en completo estado de vulnerabilidad e indefensión. El tema debe centrarse en las causas que orillan a tomar la decisión de eliminar a un ser vivo indefenso. Una causa preponderante en la decisión de abortar es la coerción de las parejas y el sentimiento de desamparo y soledad en el que queda la embarazada. Estudios recientes indican que 74 % de mujeres que abortaron no se sintieron libres al tomar la decisión de abortar. La situación económica es también un agravante. La vida humana requiere de toda la protección posible, si se protege a la madre, se estaría protegiendo a la criatura.

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