El gobierno que dice que no va a aumentar la deuda, emitió hace unas cuantas semanas un bono en México y en China que, de hecho, incrementa la deuda de Pemex. Fue una medida desesperada de la paraestatal para tratar de mejorar la imagen que tiene frente a todos los inversionistas del mundo que consideran que invertir en Petróleos Mexicanos es casi tirar el dinero a la basura.
Esta emisión de deuda fue parte de un ambicioso programa de Pemex dirigido a los muchísimos proveedores a los que no había pagado hasta 5 millones de dólares: te cambiamos lo que te debemos por estos bonos que te van a dar una tasa de interés anual de casi 9%. Sonaba atractivo, pero no muchos le entraron. Han pasado tantos años y Pemex les ha mentido tanto que la mayoría ya se cubrió con instrumentos financieros en el sector privado. Así que Pemex no llegó a la meta de colocar 2 mil millones de dólares.
Una gran cantidad de quienes sí aceptaron los bonos… se deshicieron de ellos casi de inmediato: acudieron al mercado secundario para revenderlos, aunque le perdieran algo. Ya están en el plan “de lo perdido, lo que aparezca”, sin la menor intención de apostar por el futuro de Pemex. Quienes poseen bonos apuestan a que, como ha sucedido en todos los gobiernos de todos los partidos, la administración federal siga apoyando a Pemex. Algo así como que “papi” va a seguir pagándole la tarjeta de crédito al junior que no trabaja.
Para Pemex, la estrategia es “patear el bote”. Quiere pagar solo una parte de sus deudas en el presente (la tasa de interés del bono) y que el monto verdadero lo pague otro gobierno (el capital).
El problema de cuentas por pagar con proveedores y contratistas persiste en Pemex y no se ha podido arreglar. En marzo de 2021, luego de que era un secreto a voces que no estaba honrando el pago de los trabajos y materiales contratados, y ante la presión del sector privado, la paraestatal tuvo que empezar a transparentar sus deudas. En el primer reporte aceptaron 67 mil millones de pesos de deuda con proveedores y contratistas. Más de un año después -cuando han presumido inyecciones de capital, consideraciones fiscales y todo tipo de malabares financieros- la deuda sigue en cerca de 60 mil millones de pesos.
Es tan grave y evidente la falta de recursos en Petróleos Mexicanos que el asunto llegó a la reunión de AMLO con empresarios en Washington. Vamos, han sacrificado proyectos petroleros ¡en Tabasco! Hace unos días, su director general, Octavio Romero Oropeza, durante el Congreso Mexicano del Petróleo en Villahermosa, reconoció que existe un “desfase en el desarrollo” (esos eufemismos de la 4T son cada vez más sofisticados) del yacimiento Dzimpona, e incluso admitió que podría quedarse pendiente para la siguiente administración. O sea, no van a cumplir lo que prometieron cuando anunciaron el “descubrimiento” de este campo: que entrase en operación a más tardar en el 2023. Como Dos Bocas, como el aeropuerto, como el avión… el bla, bla, bla se desmorona por minuto.
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