“No castigues nunca a la fiera que no puedas aniquilar”.
Maquiavelo
La inflación de Estados Unidos se ubicó en 9.1% anual en junio, el mayor nivel desde 1981, mientras que la de México alcanzó 7.99%, la mayor desde 2001. En Europa se estima que los precios subieron 8.6% en ese mismo mes. Varios factores se han combinado para generar este repunte, entre ellos las irresponsables inyecciones de dinero que los bancos centrales de los países ricos hicieron durante la pandemia, pero quizá el más importante en este momento sean las sanciones a Rusia por la invasión a Ucrania. Estas han hecho que se disparen los combustibles, los cuales han impulsado todos los demás precios.
No hay duda del daño que la inflación está causando en todo el mundo. Los ingresos de los trabajadores están perdiendo la carrera contra los precios y esto ha llevado a manifestaciones de protesta en lugares tan distintos como Ecuador, Polonia y los Países Bajos. La inflación es uno de los factores que está contribuyendo al debilitamiento del presidente Joe Biden y de los candidatos demócratas en los procesos electorales de Estados Unidos.
La gran pregunta es si las sanciones, que tanto daño han hecho a los países que sancionan, y a otros que no sancionan también, están funcionando para debilitar a Rusia. La respuesta es no.
Las exportaciones de petróleo crudo de Rusia, es cierto, han bajado de manera importante, especialmente a la Unión Europea. De 4 millones de barriles diarios enviados a Europa en febrero, el mes de la invasión, hubo un descenso a 2.9 millones en junio. Pero China ha subido sus compras de 1.6 millones en febrero a 1.8 en junio, mientras que la India las ha multiplicado de 0.1 a 0.8 y Turquía las ha duplicado de 0.2 a 0.4. Otros países, que representaban 0.9 millones de barriles diarios en febrero, recibieron 1.4 millones de barriles rusos en junio (Bloomberg).
Aunque sí hay una disminución en el volumen total de exportaciones de petróleo ruso, el aumento en los precios ha compensado esa caída. Un punto interesante es que el rublo, que se desplomó en un principio ante las sanciones, se ha recuperado de manera muy importante: más de 15% contra el dólar solamente en junio. No es una cifra que se espere en un país debilitado por las sanciones.
La invasión rusa de Ucrania es inaceptable en lo legal y en lo moral. Entiendo y aplaudo la decisión de tantos países de apoyar a Ucrania. Pero la historia nos dice que las sanciones económicas, y particularmente las comerciales, no necesariamente tienen consecuencias positivas. Quizá el ejemplo más notable es Cuba, que vive un embargo comercial -no un bloqueo– de Estados Unidos desde 1960, el cual no solo no ha debilitado al régimen, sino que ha servido de excusa al régimen para negar los derechos fundamentales de los ciudadanos cubanos.
Las alzas de precios por las sanciones a Rusia parecen estar afectando más a otros que a la propia Rusia. La situación se complicará aún más en los próximos meses. La falta de gas natural ruso en el mercado europeo puede llevar a una verdadera crisis energética en Europa durante el invierno. Rusia enfrentará problemas, sin duda, pero no serán tan graves que la obliguen a retirar sus tropas de Ucrania.
Intervenir en los mercados a través de sanciones genera distorsiones que suelen afectar más a los inocentes que a los sancionados. No tengo duda de que los países democráticos deben apoyar vigorosamente a Ucrania para que pueda defenderse de la invasión rusa, pero las sanciones económicas, o por lo menos las comerciales, no son eficaces ni tampoco justas.
Visas
Coincido con AMLO en su propuesta de ampliar las visas temporales de trabajo en Estados Unidos. Quizá el propio Biden está de acuerdo, pero pide “Paciencia” porque sabe que cualquier apertura migratoria le costará votos en las elecciones intermedias del 8 de noviembre.
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