¿YA PODEMOS decir que también fracasó el plan del gobierno para contener la inflación? Tal vez se deba a que tal plan no fue más que una cartita a los Reyes Magos. Muy al estilo de la 4T, se plantearon muchos buenos propósitos, pero no se establecieron los “cómos” para lograrlo.
LA PRUEBA está en que los precios de los alimentos se han disparado hasta en un 20 por ciento en el último año. El plan que impuso el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se enfocó en 24 productos, pero ni siquiera con eso pudo, pues al menos 15 de ellos aumentaron velozmente de precio.
TODO INDICA que en realidad al Presidente no le importaba el bolsillo de los mexicanos, sino su popularidad. De ahí que ha gastado casi 500 mil millones de pesos, sí, medio billón de pesos, en subsidiar el precio de los combustibles para evitarse críticas e inconformidades.
EL COLMO es que hoy que el Banco de México vuelva a subir las tasas de interés para enfriar la inflación, AMLO seguramente se quejará de que esas son medidas neoliberales, olvidándose de su propia responsabilidad en el asunto.
*
LA MÁS FELIZ con la idea de que la Guardia Nacional pase a la Sedena es Rosa Icela Rodríguez. Al igual que su antecesor, Alfonso Durazo, le urgía deshacerse de esa corporación.
Y ES QUE, en los hechos, quien encabeza la Secretaría de Seguridad federal tiene un papel meramente decorativo en la Guardia Nacional. Como reconoció el propio López Obrador, el mando y la operatividad están a cargo de los militares, no de los civiles.
ES DECIR, desde su fundación, el carácter civil de la Guardia Nacional ha sido una simulación. Así de claro y así de descarnado: una simulación más de la 4T. O sea que el Presidente no quiere militarizar a México: ¡ya lo hizo!
*
NI DUDA CABE de que en Estados Unidos se están viviendo días inéditos con las investigaciones judiciales y políticas en contra de Donald Trump. El otro día, el FBI cateó su residencia en Mar-a-Lago y destruyó la biblioteca personal del ex Presidente. Tristemente se reporta que ambos libros presentan daños irreparables.
*
¡AH, CARAY! El vocero presidencial, Jesús Ramírez, hizo una revelación sorprendente: que Erwin Lino, el secretario particular de Enrique Peña, cobraba moche por agendar citar con el entonces mandatario. ¿Y lo dijo en una denuncia ante el Ministerio Público? Eso es lo raro: que lo dijo en una conferencia con estudiantes, en lugar de hacerlo ante la FGR. Como cuando el chisme es más importante que la justicia.