En este espacio, en otras ocasiones, describí historias de cómo Bomberos y la Cruz Roja caminan junto a la comunidad leonesa.
Aplaudidos en los desfiles cívicos y objeto de algunos donativos (no tantos como deberíamos) generosos para su manutención, son localmente evaluados entre las tres instituciones de servicio más respetadas. No solo aplausos sino apoyos públicos y privados, permiten que los bomberos ofrezcan un servicio para mejorar nuestra seguridad y calidad de vida.
Aunque los accidentes mayores relacionados con el manejo de sustancias químicas peligrosas o residuos o combustibles o instalaciones eléctricas se presentan con poca frecuencia en León, el costo social, ambiental y económico es elevado cuando se presentan. La principal herramienta para combatir estos accidentes es la prevención, y el primer paso es la adecuada identificación de los peligros asociados al almacenamiento, transporte y distribución de materiales y al estado en general de las instalaciones eléctricas y de gas, que provocan incendios.
El mapa de riesgos de una ciudad (como el que elaboramos en el Ciatec para el Implan) ayuda a identificar dentro del polígono urbano los sitios y procesos críticos, y con ello tomar medidas preventivas para reducir la probabilidad de accidentes e incendios. Por eso, la labor de los peritos de Bomberos no es sencilla. Su mirada técnica sobre instalaciones y procesos ayuda a identificar puntos de riesgo de incendios, y con ello la reducción de la probabilidad de accidentes. Y más complicado es actuar cuando el siniestro se presenta, pues si bien en León se registran pocos, las características de nuestra industria -que maneja solventes y pinturas- requiere obtener una licencia de parte de Bomberos.
Decía que la percepción social de la institución es muy buena, pues en mediciones que hemos realizado en la ciudad, la Cruz Roja, Bomberos, asilos de ancianos, orfanatos y banco de alimentos, son instituciones de servicio valoradas por su vocación altruista a la comunidad. Pero para sostener a instituciones honorables y beneméritas como Bomberos, se requieren campañas de donativos, así como de patronatos que aseguren la sustentabilidad financiera, es decir, que promuevan los servicios y de esta manera capten ingresos. Algunos de los presidentes del Patronato de Bomberos local, ya don Javier o Gabriel, o Lalo o actualmente Sabino, trabajan en pro de comunicar a la sociedad el trabajo que hace la institución para la seguridad de empresas e instituciones.
Aunque la ley exige que sea Protección Civil la instancia que en los municipios otorga las licencias, la Ley General de Educación exige a las escuelas tener, además, un visto bueno de Bomberos.
El trabajo que hacen en beneficio de la comunidad lo conocí hace unos años en Institución Juvenil de León AC, pues Bomberos nos visitó al abrir la secundaria en Las Joyas y otorgar el visto bueno que exige la Secretaría de Educación de Guanajuato. Fueron charlas a los chiquillos sobre combate a incendios y prevención de riesgos, que hacen de una manera accesible y con el apoyo de medios didácticos para crear una cultura preventiva.
Como parte del trámite de regularización de la secundaria técnica de Ciudad del Niño Don Bosco, fundada en 1962, recibimos estos días la visita del H. Cuerpo de Bomberos para obtener su visto bueno. Encontré a un equipo técnico de peritos certificados en identificación de riesgos que retroalimentan a la institución en su operación y nos recordaban el incendio del 2001 que acabó con los tapancos de los dormitorios en el edificio construido en 1939 para los refugiados polacos y que pudo ser reconstruido gracias a la comunidad leonesa que acudió a ayudar.
La labor que realizan los bomberos es heroica frente a siniestros y por ello es que, en libros de texto de cultura cívica, se presenta a los más pequeños la gratitud a personas concretas que tienen la labor de servir a la comunidad como lo hacen hoy nuestros bomberos.
MTOP