¿Quién inventó la Pena de Muerte?, lo hizo diosito cuando en el Paraíso Terrenal sentenció a Adán y Eva a perecer por haber pecado.
S- Me sorprendes, Rufo, ¿tu estas a favor de la pena de muerte?
R- Grrr ¡sin duda, mi Santias!, además coincido con tu ídolo Steve Jobs, el genio fundador de Apple, quién sabiendo que tenía cáncer señaló: “El mejor invento de la vida es la muerte, que permite renovar todo”.
S- ¿Y eso que tiene que ver con quitarle la vida a una persona por cometer un delito?, eso es inhumano, perro.
R- Grrr, no lo creo; imponer la pena de muerte a quién, con sus actos criminales dejó de ser humano, es un acto de caridad, similar al que se comete al matar a un caballo con las patas rotas. Es decir, en el momento que un caballo no puede vivir con la dignidad de caballo, es un acto de caridad sacrificarlo, pues dejarlo vivir en sufrimiento es cruel e inhumano.
S- Acepto sin conceder, mi Rufo, pero es muy diferente un animal a una persona, además, nadie tiene el derecho de quitarle la vida a otra persona.
R- Grrr, ese es un juego de ideas para confundir, mi Santias. Imagina por un momento una sociedad que legisla con pena de muerte a quién secuestre personas o viole a un niño… ¿De capturarse a un violador, quién decide la pena de muerte: el juez, el jurado o el verdugo?
S- Imagino que el juez, mi Rufo.
R- Grrr. Pues te equivocas, mi ínclito humano, quién decide la pena de muerte es el propio violador, que sabiendo que ese acto criminal se castiga con la muerte, aun así decide cometerlo. El juez, el jurado y el verdugo, no deciden la pena de muerte, solo cumplen el mandato legal.
Por eso me sorprendió cuando el gobierno federal, bajo el mandato de Fox, avaló la propuesta que hizo el Secretario de la Defensa para eliminar la pena de muerte de nuestra carta magna,… de la Constitución Mexicana. En ese momento nos dejó en estado de indefensión ante quienes no se tientan el corazón para secuetrar o asesinar a la gente.
S- ¡Chinche perro!, ¿no acaso la pena de muerte es deseable que desaparezca?
R- Grrr… Si, también la guerra, y los secuestros, y los asesinatos, y la venta de drogas a menores, y el robo y la prostitución de niños y niñas; todo ello me gustaría que desapareciera, pero no es así, esos crímenes cometidos por personas infrahumanas ahí están; por ello la sociedad tiene que tener mecanismos de defensa y de castigo para tratar de acabar con esa plaga, con el crimen.
S- Pero la pena de muerte atenta contra nuestra humanidad, atenta contra Dios.
R- Guauuu, para nada mi Santias, como expliqué al principio, la pena de muerte la estableció el Creador. El fue el primero en castigar con la pena de muerte a quienes con necedad actúan.
S- No me hagas reír, perro; hablando de algo tan serio como privar de la vida a una persona y tú haciendo bromas diciendo que fue Diosito el primero en instituir la pena de muerte.
R- Auuu, no es broma, el Señor, al diseñar el Universo decidió que: quién por su decisión se aviente al vació de una altura de más de 5 metros, morirá y repito a ver si entiendes; con la pena de muerte, no es la sociedad, ni el Estado, ni los jueces quienes deciden la muerte de alguien, es la persona, que por decisión propia decide violentar las leyes, quién decide por si y para si su muerte.
Ese es el dilema, todo mundo rasga vestiduras y apela a su conciencia para no matar a un criminal; cuando es el criminal solito quién decide su suerte al violentar el orden y las leyes con actos que tienen como pena la muerte. Nadie obliga o dirige los actos de quienes deciden secuestrar a una persona o matar a sangre fría o violentar a un menor o envenenar con droga a menores, nadie los obliga, por ello nadie, excepción hecha del propio criminal, es responsable. Es él quién decide su destino en una sociedad que tiene reglas claras y leyes para cumplir que señalan penas y castigos… Así de sencillo.
Un saludo, una reflexión.