El 4 de mayo de 2022, Bernardo Cano, secretario particular del entonces titular de la Agencia Criminal de Investigación de la PGR, Tomás Zerón, se acogió al criterio de oportunidad y rindió una larga declaración ante los responsables de la investigación del caso Ayotzinapa.

Cano habló del día en que en las instalaciones de la SEIDO fueron interrogados dos de los detenidos “presuntamente relacionados con la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa”. Uno de ellos era Patricio Reyes Landa, apodado “El Pato”.

De acuerdo con Cano, el interrogatorio fue grabado. Dicha grabación fue aportada por el exsecretario a los encargados de la investigación.

Según lo asentado en la carpeta FED/SDHPDSC/O1-GRO/0000804/2019, “El Pato” “narró cómo los estudiantes fueron ultimados en el basurero de Cocula, Guerrero, dando detalles de su traslado hasta ese lugar, refiriendo quiénes participaron en el hecho y la forma en que quemaron los cuerpos de los muchachos en el basurero”.

Agregó Cano que “al final de la entrevista, el detenido señaló que las cenizas de la quema de los cuerpos fueron recolectadas por miembros del grupo delictivo y llevadas hasta la ribera del Río San Juan, cerca del basurero, donde fueron arrojadas al cauce (…) situación que se puede acreditar con los videos que aportaré para la investigación”.

Cano admitió que “en ese momento no tenía defensor el detenido”.

Ese mismo día, se lee en la carpeta que sirvió para solicitar la orden de aprehensión del exprocurador Jesús Murillo Karam, llegó a la Seido otro detenido, Agustín García Reyes, “El Chereje”.

También esa entrevista fue grabada y el video, de acuerdo con la carpeta, se aportó a las autoridades. Relató Cano:

“Esta persona narró los hechos de los que tomó parte, señalando que a él le avisaron que tenía que ir a recoger unos ‘paquetes’, nombre con el que denominaban a los detenidos que el grupo delictivo aseguraba. Al llegar al lugar se dio cuenta de que eran muchas personas dentro de un camión de redilas y fueron conducidos hasta el basurero de Cocula, Guerrero. Ahí los mataron y los arrojaron al fondo del basurero, donde les prendieron fuego y él fue el encargado de mantenerlo activo avivándolo con llantas, plásticos y leños que recolectó en el lugar durante la noche.

“Estos hechos tuvieron lugar, según el detenido, el 26 de septiembre de 2014 aproximadamente a las 23 horas y hasta el día siguiente a las 17 horas, es decir aproximadamente 15 horas después. Al extinguirse el fuego, él y sus compañeros revolvieron las cenizas con tierra para enfriarlas y juntaron ocho bolsas aproximadamente de 5 kilogramos cada una, de ahí se dirigieron al río San Juan, a la entrada de Cocula, antes del Puente Río San Juan. La camioneta en que iban se detuvo y se acercaron a la orilla del río donde él arrojó dos bolsas sin abrirlas, señalando que algunos de sus compañeros vaciaron las bolsas y otros también las arrojaron”.

En su comparecencia ministerial del 5 de febrero de 2020, este último detenido, conocido como “El Chereje”, ofreció un relato distinto. Dijo que durante su detención lo habían torturado con una chicharra eléctrica y con una bolsa de plástico en la cabeza y que le habían ordenado: “Tú vas a decir que tú participaste en lo de los estudiantes… Me dijeron que yo dijera que había quemado a los estudiantes… ¡Tú nada más vas a decir que tú eres halcón y quemaste a los estudiantes y vas a decir que les aventaste llantas, leña y plástico si no mato a tu esposa y a tu hijo!”.

Según “El Chereje”, en la Seido le dijeron “que tenía que decir lo que ya me habían dicho, es decir que yo pertenecía a Guerreros Unidos y que yo era halcón y que yo obedecía las órdenes del comandante “Pato” y el comandante “Terco” y del “Cabo Gil”… aquí es donde me entrevistan… en donde estuve solo, sin defensor, ni nadie que me explicara por qué me estaban interrogando”.

Según “El Chereje”, al día siguiente Tomás Zerón lo llevó en helicóptero al basurero y le dijo: “Tú hijo de tu puta madre, te voy a llevar al Río San Juan para que hagas lo que te voy a decir… Me siguió diciendo que yo tenía que hacer una simulación como si yo hubiese tirado las bosas con los restos de los estudiantes y al Jona (otro de los detenidos) le dijo que él iba a simular cómo bajó a los estudiantes de la camioneta, y nos comenzó a gritar y nos decía: ‘Hijos de su puta madre, ahorita que lleguemos allá quiero que hagan las cosas tal y como yo les dije, si no, ahorita que vengamos de regreso los voy a aventar del helicóptero y van a valer madre, hijos de su puta madre, así que ya saben’”.

Según “El Chereje”, al llegar al basurero vio varias bolsas de plástico cerca de un árbol, y también “gente vestida de blanco como astronauta que estaba cerca de las bolsas de plástico”, y entonces Zerón le dijo: “Ahora haz lo que yo te dije, y entonces hago como que aviento las bolsas al río San Juan”.

La declaración de Bernardo Cano, quien iba grabando a bordo del helicóptero, narra otra historia: “La idea del vuelo era que el detenido señalara el punto donde habían arrojado las bolsas… El detenido le indicó a Abraham Eslava (uno de los directores de la Seido) la ruta que tomaron desde el basurero hasta el río… y el detenido le indicó más o menos el lugar donde habían arrojado las bolsas”.

Según la declaración de Cano, “El Chereje” los condujo hasta un punto en el que hallaron restos de varias bolsas: él mismo dijo haber visto cuatro desde la orilla del río. Hoy se sabe que aquella fue una diligencia ilegal, puesto que no se dio parte de que el detenido había sido sacado de Seido.

En todo caso, en la carpeta existen dos versiones que se contraponen. La del detenido que fue acusado de quemar a los alumnos, y la del exfuncionario que se acogió al criterio de oportunidad y entregó los videos que se hallaban en su poder.

Necesariamente, una de las dos tiene que ser falsa.

La fiscalía, como se sabe, ha elegido una.

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