Tal parece que la frase de Karl Marx: “la religión es el opio de los pueblos”, sigue vigente en países latinoamericanos socialistas con dictaduras y democracias fingidas donde estorba a los gobiernos. 

El pasado 14 de agosto el régimen dictatorial del gobierno nicaragüense se llevó prisionero al padre Óscar Benavides cuando salía de misa y se dirigía a su casa. Este es el tercer sacerdote que detienen en lo que va del año. 

El Gobierno sandinista ha cometido acciones contra la Iglesia católica de Nicaragua, tales como la prohibición de la procesión con la imagen de la Virgen de Fátima, así como la expulsión de un grupo de misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta, el cierre de ocho emisoras católicas, la cancelación de la programación televisiva de canales católicos y el abuso de la fuerza para allanar una parroquia. 

Los feligreses católicos, al ser impedidos de entrar en una iglesia, han tenido que atender una misa a través de una malla metálica vigilados por la policía.  

“Es lamentable lo que ocurre en contra de miembros de la Iglesia… es una persecución real a la Iglesia”, ha declarado la abogada del sacerdote Benavides. 

El Papa expresó recientemente que seguía de cerca, con preocupación y dolor, la situación en Nicaragua. En 2018 el Papa externó: “Me uno a mis hermanos obispos de Nicaragua al expresar dolor por las graves violencias, con muertos y heridos, llevadas a cabo por grupos armados para reprimir protestas sociales”. 

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, presentó el informe anual sobre la libertad religiosa en el mundo citando a los países que sufren “restricciones altas o severas a la libertad religiosa”, como Venezuela, Nicaragua y Cuba, donde se registraron casos de amenazas e intimidación a líderes religiosos. 

En el caso de Venezuela, indica que se reportó acoso e intimidación por parte del Gobierno al “llamar la atención sobre la crisis humanitaria” del país. Según el informe, durante el 2020: “miembros del régimen de Maduro trataron de desacreditar a organizaciones religiosas por criticar al régimen”. La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) afirmó que “es evidente cómo se ha deteriorado la calidad de vida en nuestro país, incluyendo la educación, la salud y el acceso a los servicios esenciales; sufrimos los efectos de una inflación galopante, y una devaluación de nuestra moneda que no ha hecho más que empobrecer a la población”. 

Con respecto a Cuba, se indica que el Partido Comunista Cubano busca “controlar de manera continuada la mayoría de aspectos de la vida religiosa”, y reporta que el gobierno cubano “viola la libertad religiosa y de creencias de manera rutinaria y sistemática”. 

A su vez en México, López Obrador atacó a la institución religiosa de los jesuitas mexicanos y a la Iglesia católica por denunciar la fallida estrategia de seguridad del gobierno de la 4T, y reclamar la paz y la tranquilidad del País mediante la reconstrucción del tejido social que se ha debilitado a causa de la grave violencia. 

LALC

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