Comencé a investigar el caso de Genaro García Luna en noviembre de 2012, unos días antes de que él se mudara con su familia a Miami. Al principio, ni siquiera sabía cómo buscar en los registros de Estados Unidos. Diez años después, hace unos días, tuve acceso a documentos judiciales que responden a preguntas que investigué durante una década.
Ahora cuento la historia en orden, como no podía contarla antes.
Unos días después de que dejó el gobierno, García Luna se mudó a una residencia de tres millones de dólares en Miami. Vivió allí con su familia cuatro años. Con su sueldo de funcionario jamás hubiera podido pagarla. Solo cubrió la renta unos meses. El resto del tiempo, fue gratis.
Oficialmente la casa era de una empresa. Lo que no se sabía es que, cuando la casa se vendió, esa empresa le mandó a García Luna el pago de la venta, 3.8 millones de dólares, a su cuenta en Bank of America.
García Luna tenía otra cuenta en Iberia Bank. Allí, le depositaron 1.6 millones de dólares dirigidos a Delta, una compañía que él creó con su esposa, Cristina Pereyra.
Además, desde que se instaló en Florida, García Luna recibió, cada mes, 59 mil dólares. Era su sueldo como supuesto asesor de una compañía panameña, que no tenía oficinas, empleados ni actividades.
En total, García Luna recibió más de 10 millones de dólares entre 2012 y 2018. Todo este dinero venía de la familia Weinberg. Los pagos no eran un signo de amistad. En esos años, los Weinberg obtuvieron casi 600 millones de dólares en contratos. Más de 300 millones fueron con prisiones federales, una oficina subordinada a García Luna. Otra parte vino del Cisen, ya en el gobierno de Pena Nieto.
Durante años, con ayuda de la organización R3D, traté de obtener esos contratos, sus montos y características. Fue imposible. Eran archivos de seguridad nacional.
Después, busqué en el caso criminal en Nueva York contra García Luna. Pero ese es por narcotráfico. El atraco al gobierno mexicano es una parte mínima de la investigación.
Más tarde, me propuse obtener detalles a partir de una denuncia que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Hacienda, entonces a cargo de Santiago Nieto, presentó en 2020 ante la Fiscalía General de la República. Pero la Fiscalía no publicó ningún hallazgo, avances, ni ha detenido a nadie por esa indagatoria.
Ahora, por primera vez, sabemos cuántos y cuáles contratos se pagaron, y cuánto dinero llegó a las cuentas de García Luna. Lo sabemos porque, en 2021, un bufete que representa al gobierno de México inició una demanda civil, de acceso público, en Miami. Durante meses, los Weinberg trataron de que la demanda se desestimara. Hace unas semanas, el juez determinó que el caso debe continuar.
Ahora vendrá lo que se conoce en el sistema judicial estadounidense como el descubrimiento. Los abogados de México recopilarán más datos de pagos, entrevistarán a los implicados, confirmarán si hubo sobornos y por cuánto.
Por supuesto, esto afecta a la defensa de los Weinberg. Pero en los últimos días, el caso ha dado un viraje más que interesante. La Fiscalía General no ha publicado avances con la denuncia de la UIF, pero avanzó con otra denuncia, anónima. Esta segunda cuestiona si Nieto tenía facultad para contratar a los abogados en Estados Unidos.
Mis colegas de Animal Político obtuvieron documentos que prueban que la Fiscalía investiga a Nieto y determinó que sobrepasó sus facultades. Nieto me dijo que esto no es cierto y que va a defenderse.
Sin embargo, obtuve un documento, inédito hasta ahora, que prueba que no solo Nieto autorizó esta denuncia. En noviembre pasado, Pablo Gómez sustituyó a Nieto en la UIF. Y en febrero, Gómez envió a la corte de Miami un documento, firmado de su puño y letra, donde dice que él sostiene la demanda y tiene facultades legales para hacerla. Félix Medina, procurador fiscal de la Federación, también envió a Miami su apoyo legal a la denuncia.
Si a pesar de esto, un juez en México determina que el contrato del bufete en Miami fue ilegal, es probable que la demanda se cancele. Si se cancela, aunque los Weinberg vayan perdiendo, pueden lograr parar el caso desde México, ya que no lograron pararlo en Miami. Y seguiremos sin contar con las pruebas de los sobornos.
@penileyramirez