Aquellos que defendían a Alejandro Moreno quedaron como un chiste, Marko Cortés y Jesús Zambrano terminaron por ser vistos como un fracaso rotundo entre su militancia, quedaron mal con Dios y con el Diablo y, en su apuesta obsesivamente electoral, mandaron al carajo la poca confianza ciudadana que les quedaba.
La Alianza está rota y, en los hechos, poco tiene que ver la reforma constitucional que dejará a los soldados en la calle por 10 años más y que terminará por desecharse en el Senado.
La Alianza está rota por la traición de Alejandro Moreno, doblaron al presidente del PRI con la cárcel, para tener la lengua larga hay que tener la cola corta y la de Moreno es, más bien, asquerosamente grande.
La Alianza está rota no por el PRI en sí mismo, sino por el PRI de Alejandro Moreno que, evidentemente, no renunciará a la dirigencia, aunque el “Sí por México” le pague mil desplegados rogándole actuar por el bien de la patria, ¿pues qué se fumaron para pensar que un tipo como él sería un estadista y no un político pequeño y vulgar?
Moreno no renunciará al PRI porque no pueden obligarlo, él controla los órganos del partido, él controla los comités estatales, él controla los consejeros, simplemente él es el dueño y se acabó.
Pero sin la estructura, sin la posibilidad de un acuerdo electoral con el partido, ¿qué opciones quedan para los militantes del PRI que no apoyan a su dirigencia?, ¿realmente perfiles, por ejemplo, como el de Miguel Osorio Chong o Beatriz Paredes en el Senado cuentan con alguna base popular o son, más bien, cuadros destacados, pero sin fuerza en las urnas?, ¿cómo podrían jugar los pocos gobernadores y alcaldes que tienen?, ¿morirán todos con el barco hundido o buscará una opción alternativa?, ¿realmente importan?
Sin embargo, esta fractura ha abierto también una gran posibilidad frente al 2024: Movimiento Ciudadano de Dante Delgado podría sentarse en una Alianza siempre y cuando respeten el peso que hoy representa.
Movimiento Ciudadano, a diferencia del PRI, PAN y PRD no corre con prisa para ganar a toda costa, ha apostado por el largo plazo, por hacer crecer su partido y acercarse, más bien con cautela, al poder, saben que pueden convertirse en una oposición mucho más moderna y disruptiva que la de los viejos partidos y por eso, justamente, no serán nada baratos.
¿Estarán dispuestos a pagar el precio?
De Colofón
Ahora resulta que Alejandro Moreno es un gran patriota, un político al que se mide con sus acciones legislativas y que ¡no es corrupto!… Dice Ignacio Mier, que enfrenta serias investigaciones sobre su patrimonio en Puebla… Dios los hace y ellos se alían.
Y todavía faltan 745 días para que termine el sexenio.