Los fines de semana y “puentes” son una buena oportunidad para deambular por las áreas verdes de nuestra querida ciudad.
Como lo he compartido en este espacio: el Bajío es un paraje semidesértico que solo puede contener el cambio climático en la medida en que tengamos una cultura diferente en cuanto a la reforestación, creando espacios verdes, ya sean parques, espacios lineales, techos y muros verdes, parques lineales, viveros, invernaderos, camellones, etc. Hoy, de “verde”, tenemos el color de la camiseta deportiva, pero como comunidad no hemos podido llegar a los niveles que tiene, por ejemplo, la vecina Guadalajara en cuanto a la cultura de parques.
Los parques son un espacio privilegiado para infiltrar agua de lluvia y poder crear oxígeno con los árboles. En la anterior administración municipal fue lanzada una iniciativa para crear un “sistema de parques”, desde donde se pudiera replicar lo que hacen otras ciudades con sus “ecoparques”, que operan todos desde una misma dependencia municipal con figuras administrativas innovadoras como la que tiene en León el Parque Metropolitano, que desde un Patronato ciudadano, camina hacia la autosuficiencia presupuestaria aumentando el patrimonio ambiental de la ciudad.
León es una ciudad con una densidad baja de árboles por cada 10,000 habitantes, -pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que se necesita, al menos, un árbol por cada tres habitantes para respirar un mejor aire en las ciudades y un mínimo de entre 10 y 15 metros cuadrados de zona verde por habitante-; es decir, deberíamos tener 800,000 árboles cuando tenemos menos de 300,000. Tenemos apenas un árbol por seis leoneses.
La misma OMS recomienda tener 16 m2 de áreas verdes por habitante, cuando las áreas verdes en ciudad de México están ya en ese rango y Guadalajara y Monterrey están entre cinco y siete. León está solamente en tres a cuatro.
El incrementar el número de árboles ayudará a mitigar el cambio climático y a captar dióxido de carbono (un árbol grande puede absorber hasta 150 kilos de CO2 al año). Con la “paleta vegetal” también recuperaremos la identidad leonesa con arbustivas nativas logrando un paisaje natural y cultural leonés. Tener más parques permitirá mejorar la calidad de la salud humana e incluso crear fuentes de trabajo al facilitar centros de propagación de vegetación nativa, comerciantes de plantas, comunidades rurales, entre otros. Si recurrimos a una calculadora de huella de carbono (la que generamos todos los seres vivos en mayor o menor medida), identificaremos que cada leonés en promedio produce al año alrededor de 350 kg y esto solamente se podría bio remediar con la plantación de cada ciudadano, de al menos 10 a 15 árboles.
En León tenemos algunos parques operando, pero también tenemos reservas verdes desaprovechadas, que pueden formar parte de este “sistema”: las áreas de donación de fraccionamientos, espacios con esa vocación como las deportivas municipales, espacios que el municipio debe recuperar y que colonos han ocupado; camellones de nuevas avenidas como Timoteo Lozano, bulevar Morelos y el Eje Metropolitano, espacios en escuelas públicas, entre otros.
Actualmente los parques municipales y las áreas verdes tienen realidades jurídicas diferentes; unos dependen del municipio (como Cárcamos, Vivero Ibarrilla), otros tienen patronatos (Explora y el Metropolitano), otros son administrados por Comude (como Chapalita), otros están en usufructo de vecinos; otros tienen uso de parte de fraccionamientos y empresas.
Una iniciativa del Ayuntamiento bien diseñada y acordada permitiría tener un sistema que coordine los esfuerzos de empresas, gobierno y ciudadanía, con un fuerte liderazgo participativo, que deje a la ciudadanía organizada la corresponsabilidad de hacerlos crecer. El “sistema de parques” permitiría captar recursos internacionales para este único propósito, diseñar las mismas estrategias de operación; contar un mismo esquema de viveros y de donación a ciudadanos; planear desde necesidades comunes; gestionar a proveedores y hacer sinergia con una comunidad leonesa que siendo convocada a una iniciativa así, participaría activamente. Parece que esta administración tiene toda la intención de hacer realidad este sueño; ojalá sea pronto una realidad.