BUENO, ¿y pa’ cuándo invitan a Ricardo Monreal a desayunar a Palacio Nacional? Ya va para una semana que el morenista sacó la aprobación de la militarización del país que tanto deseaba el Presidente… y nomás no se ve eso de que amor con amor se paga. LA PREGUNTA viene al caso porque, con todo y los servicios prestados por el zacatecano, Andrés Manuel López Obrador sigue sin levantarle el veto a Monreal. Sí invitó a Claudia Sheinbaum a la mañanera y hasta le cantó las mañanitas a Marcelo Ebrard, pero al coordinador de Morena en el Senado sigue haciéndole el vacío. SERÍA interesante saber por qué le tiene tanto coraje AMLO a Ricardo Monreal y no lo incluye entre sus corcholatas. ¿Será que no le garantiza seguir mandando después de 2024? Es pregunta que quiere huevos motuleños.
A PROPÓSITO de zacatecanos incómodos, resulta muy extraña -por no decir contradictoria- la postura presidencial en contra de que corporaciones de Estados Unidos apoyen al gobernador David Monreal en combatir la inseguridad en Zacatecas. MÁS QUE una cuestión legal, el asunto huele a que es parte de las represalias del gobierno federal contra Ricardo Monreal, pegándole a su hermano el mandatario. Porque convenios de capacitación como el que se acordó en Zacatecas, antes se han alcanzado en otros estados gobernados por Morena. Y SI el Presidente no lo cree, le puede preguntar al veracruzano Cuitláhuac García, al nayarita Miguel Ángel Navarro, al morelense Cuauhtémoc Blanco y, ¡ups! hasta el exgobernador de Tabasco, Adán Augusto López. Los policías de todos ellos recibieron capacitación directa del FBI… y en todos esos casos, como diría él mismo, López Obrador calló como momia.
EN ITALIANO el apellido de Antonio Martínez Dagnino se pronuncia “dañino”, lo cual no resulta tranquilizador tratándose del nuevo titular del SAT. SEA COMO SEA, no resulta un improvisado toda vez que desde el inicio del sexenio estuvo a cargo de exprimir, perdón, de atender a los grandes contribuyentes. Y no hay duda de que la recaudación ha aumentado. SE LE UBICA como uno de los muchos funcionarios colocados en la administración pública por “Andy”, el hijo de Andrés Manuel López Obrador. O sea que es producto del orgullo del nepotismo de la 4T, por lo que está por verse si Martínez Dagnino resulta maligno o benigno. Por lo pronto habrá que darle el beneficio de la duda… cosa que no hacen en el SAT.