Aquí en nuestro México Mágico estamos acostumbrados a presenciar cómo nuestros políticos se aferran al hueso, o cargo, como náufragos en altamar al salvavidas. Se desfiguran, hacen lo que tengan que hacer para permanecer en el poder, pegados a la ubre presupuestal. No escalan los puestos para hacer el bien, no, lo hacen para adquirir y preservar “el poder” a como dé lugar, cueste lo que cueste, pase lo que pase.

Los principios, la dignidad, la congruencia, todo salta por la borda y su única razón de ser se convierte en aferrarse al cargo -en ocasiones cualquier cargo-, haciendo suya la famosa frase atribuida a un político priísta de la época del Jurásico apodado “El Tlacuache” y de apellido Garizurieta, quien famosamente aseveró: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.

Todos los actuales políticos que dominan el escenario nacional nacieron en el PRI, luego se mudaron al PRD, y éste, casi entero, se transformó en Morena cuando el señor López traicionó a Cuauhtémoc Cárdenas. Está pues en ellos -los actuales morenistas- muy arraigado el amor por el poder, la codicia por el hueso, su obsesión por no vivir en el error fuera del presupuesto.

Ustedes pueden atestiguar cómo estos señores de la Cuarta Tramitación se aferran al poder como las hienas se apoderan de su carroña y no la sueltan. ¿A qué viene esta larga introducción?, se preguntarán nuestros amables lectores. ¡Al contraste! Al contraste de cómo se lleva la POLÍTICA CON DIGNIDAD, cuando el mandato es gobernar para el bien de los ciudadanos y no meramente escalar al poder y no soltarlo.

Como se imaginarán, hablamos hoy de la Primera Ministra de Reino Unido, Liz Truss, quien renunció ayer tras sólo 45 días en el poder. Más tardó en formar un Gobierno que en comenzar a cometer errores que la llevaron a perder apoyo, incluso dentro de su mismo Gabinete.

Truss se percató, despojada de ego y amor al poder, que no podría continuar y gobernar con efectividad, pues había perdido no sólo la confianza de su partido, sino del pueblo británico. Decidió, pues, con plena entereza y DIGNIDAD, renunciar al PODER, al cargo y a residir en el 10 Downing Street, y también a ser la líder de uno de los países más poderosos del planeta, emulando a la genial y gran Primera Ministra, Margaret Thatcher.

(Por cierto, este Reino Unido incluso fue escogido -de entre muchos posibles destinos- para ser el ASIENTO de la EDUCACIÓN superior del HIJO menor del presidente López, Jesús Ernesto López Gutiérrez, quien pudo haber sido enviado a Cuba, a Venezuela o a Nicaragua, pero no, escogió Reino Unido, y escogió bien, pues seguro ahí recibirá una muy buena educación neoliberal y conservadora, de ésas que tanto envidia su papá y por eso les tira con dejos de celos).

Pero, les decíamos, la renuncia de la Primera Ministra Truss puso en clara evidencia TODO LO QUE NO SON nuestros políticos. A la dama le sobró CLASE, FIRMES IDEALES, claridad, sensibilidad y antepuso los intereses SUPERIORES de la Nación a los suyos propios. Ello cuando aquí sucede a la inversa.

¿Ustedes no creen que le costó enormidades tomar esta decisión y que hirió su orgullo aceptar una derrota magna? La mujer debe estar deshecha y por eso -creemos- se le admira más, porque demostró en los hechos que le importa más el bienestar del Reino Unido que sus intereses personales.

Contrasta de a mádere este NIVEL de estadismo, de alta política, de clase y dignidad, por ejemplo, con la grilla rastrera que muestran en su afán de abrazarse el poder como los huérfanos de hospicio a su ración de chuleta, tipos como el tal Alito Moreno, todavía seudopresidente de un PRI del que ya no queda ni la sombra de lo que fue.

Y mencionamos a este personaje precisamente por ser priísta, si agarramos a morenistas como ejemplo luego dirán que es porque estamos en contra del Sr. López. Lo cual es FALSO, pues no estamos en contra de él, sino de las pendulaciones de sus políticas retrógradas que ha tomado: la polarización, división, militarización, violencia, inflación, recesión, obcecación, lo que todo sumado está destrozando a México.

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