EL DATO es estremecedor: durante 2021 el homicidio fue la principal causa de muerte de los jóvenes en México. Y el Presidente podrá decir misa, pero esa es la realidad de su fallida estrategia de seguridad: al futuro del país lo están matando.

DE ACUERDO con las estadísticas que dio a conocer el Inegi, 7 de cada 10 de los jóvenes asesinados murieron por arma de fuego. Y esta trágica estadística incluye tanto a hombres como mujeres. Pero en lugar de perseguir criminales, la 4T acosa a opositores, activistas y hasta académicos.

AUNQUE Andrés Manuel López Obrador haya reprobado dos veces Estadística en la universidad, sería bueno que se asomara a ver el reporte del Inegi. Eso, sin duda, sería más útil que las famosas reuniones de seguridad en Palacio Nacional a las 6 de la mañana. No por mucho madrugar, se resuelven los problemas del país más temprano.

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LA PREGUNTA no es si Ricardo Monreal le devolverá el cariñito a Layda Sansores… sino cuándo y con qué magnitud lo hará. Dentro y fuera de Morena se dice que la gobernadora de Campeche le soltó golpes bajos a alguien a quien nadie quiere como enemigo.

LA EXHIBICIÓN de los supuestos chats entre Monreal y el priista Alejandro Moreno resultó poco sorprendente, dada la expectativa que generó la mandataria morenista. Lo que se vio en esos supuestos mensajes fueron cosas que ya se conocían: la primera, que el senador morenista negocia y acuerda con Dios y con el diablo; y la segunda, que el dirigente del PRI es más empalagoso e indigesto que un pastel de triple chocolate.

QUEDA la duda de si Layda Sansores realmente desobedeció a su sensei, gurú, guía espiritual y tlatoani que desde la mañanera le pidió no hacer público el espionaje… o si en realidad lo hizo con beneplácito de Palacio Nacional.

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CON una carrera diplomática de 36 años, no debe haber sido fácil para la embajadora Luz Elena Baños ir a insultar por orden presidencial a quienes participaron en la pasada reunión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

HACIENDO gala de disciplina, la representante nacional les llamó arietes del conservadurismo, simuladores y cómplices de los gobiernos neoliberales a quienes participaron en la audiencia sobre la militarización de la seguridad pública.

EL INUSITADO ataque y el lenguaje tan fuera de lugar de inmediato provocaron una airada respuesta de los funcionarios de la Comisión. Y es que nomás no cuadra que en un encuentro sobre derechos humanos, el gobierno mexicano se ponga a defender el militarismo. El dictador Daniel Ortega, Augusto Pinochet, Hugo Chávez y Anastasio Somoza estarían orgullosos… como todos aquellos que gobernaron sus países con botas y no con votos.

 

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