Buenas noticias

Pese a la bien ganada fama de que a los periodistas nos seducen las malas noticias, con frecuencia también extrañamos las buenas.

A mí me pasa, por ejemplo, cuando recuerdo la época en que se concretó la expansión de la industria automotriz en Guanajuato, cuando todas las semanas había alguna ceremonia de inauguración o el anuncio de otra inversión. A la hora de editar nuestro tradicional anuario, teníamos decenas de fotos sobre estos actos siempre alentadores.

Pues bien, durante la última semana hemos tenido una afortunada ‘recaída’ en la materia, basta un repaso a nuestras páginas o una búsqueda en nuestro sitio web para comprobarlo.

El sábado 29, Pirelli celebró sus 150 años de operaciones, 10 de ellos entre nosotros en su planta de Silao, con el anuncio de una inversión de alrededor de 2 mil 250 millones de pesos, que permitirán a la empresa producir 8.5 millones de neumáticos anuales en el estado y ofrecer 400 nuevas fuentes de empleo.

Dos días antes, el 27, Continental anunció un plan de expansión que contempla una nueva planta, con una inversión de 4 mil 300 millones de pesos y la generación de 1 mil 550 empleos más.

El martes 25, la firma Denso inauguró la tercera ampliación de su planta en Guanajuato Puerto Interior, que supuso una inversión de 200 millones de pesos y 200 nuevos empleos.

Un día antes, el lunes, en el mismo parque industrial, Harting concretó una inversión de 337 millones de pesos (192 nuevos empleos), con la puesta en marcha formal de la ampliación de su planta.

Nada mal para una semana, motivos de aliento. El miércoles, durante un foro organizado por Toyota en la Ciudad de México -“La transformación de la industria automotriz: las políticas públicas como catalizador del cambio”- el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo destacó que junto con General Motors, Honda, Mazda, Hino, Ford, Volkswagen y Toyota, en Guanajuato trabajan 7 mil 600 negocios de proveeduría que representan 188 mil empleos.

Añadió que el estado trabaja con la vista puesta en brindar condiciones propicias a la revolución que supondrá la irrupción generalizada de los autos eléctricos, que cada día se ve más próxima: esta misma semana, Europa anunció que a partir de 2035, apenas 12 años, prohibirá la venta de vehículos nuevos con motor de combustión. 

Más nos vale prepararnos.

El Gobernador, la secretaria de Gobierno, Libia Denisse García, el dirigente de Concamin José Abugaber y directivos de Pirelli, mostrando su destreza con la mezcla, el sábado 29 de octubre en la planta de Pirelli.
Foto: AM/Omar Ramírez

Caso abierto

Las respuestas del subsecretario Alejandro Encinas al reportaje de The New York Times, que señala que no tienen valor judicial muchos de los principales indicios contenidos en el nuevo informe sobre la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, dejaron mucho que desear. Y las acusaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador contra la prensa estuvieron peor.

Como se sabe, el diario norteamericano publicó el miércoles un reportaje que reveló que Encinas había reconocido sobre la investigación que “un porcentaje importante, muy importante, (que) está todo invalidado” y también que había viajado a Israel para proponerle a Tomás Zerón, prófugo de la justicia por supuestamente sembrar indicios y torturar a presuntos acusados, acogerse al ‘criterio de oportunidad’ -tipo Lozoya– y recibir beneficios por ello.

-No lo aceptó, es así de sencillo, reconoció el jueves Encinas en la rueda de prensa matutina de Palacio Nacional, donde aseguró ser “el principal sorprendido” por el reportaje publicado y negó haber descalificado su propio trabajo. Pero también descartó buscar un desmentido del diario:

“Bueno, nosotros no vamos a presentar denuncias, hay gente que ejerce su derecho a la libertad de expresión, lo vemos todos los días en los medios de comunicación, pero también ahora sí que hay muchos que se mueven en las oscuridades del viejo régimen que, por supuesto, muchos sabemos quiénes son y pronto darán la cara”, señaló Encinas, quien aludió también a que habían sufrido espionaje, lo cual respaldó el Presidente, refiriéndose a la entrevista con Zerón y sus abogados.

Cuando uno de los reporteros presentes señaló que quienes habían grabado la entrevista fueron los abogados del ex director de la Agencia de Investigación Criminal, seguramente con el conocimiento de Encinas, López Obrador exclamó:

“Pues sí, haya sido como haya sido, Zerón o autoridades de Israel, o agencias, el New York Times no va a decir nada. Sería bueno, ¿no?, por ética, que diera a conocer su fuente. No lo va a hacer, porque siempre esgrimen de que tiene que proteger sus fuentes, porque ese periodismo se nutre mucho de espionaje”.

La lectura del reportaje no revela nada de eso, no hay misterios, ni fuentes ocultas. Los abogados de Zerón seguramente acudieron a la prensa por considerar que revelar que había ocurrido la entrevista favorecía sus intereses, y vaya que tuvieron razón. La confirmación de que el ex funcionario se negó a aceptar un trato como el que hizo Lozoya, que puso en ridículo al Gobierno federal, pato incluido, deja muy mal parado a Encinas y a su equipo, que como se sabe se ha beneficiado de las declaraciones de Gildardo López Astudillo, acusado de ser el autor de la masacre de Iguala, quien aprovechó un trato semejante y dio el único testimonio contra el general José Rodríguez Pérez, el militar de mayor graduación preso por esos hechos.

Encarrerado contra la prensa, como acostumbra, López Obrador añadió el jueves: “Imagínense, el periódico que hace la investigación, el Washington Post, para tumbar a Nixon, ahora tiene como escritor a Loret de Mola. Es una degeneración de todos estos medios”.

La investigación a la que se refirió el Presidente fue posible, precisamente, por una fuente secreta que orientó al reportero Bob Woodward para descubrir los detalles de la participación del propio Presidente y su entorno en el asalto al cuartel general del Partido Demócrata en Washington, y en muchas otras trapacerías más. 

Nixon renunció en 1974, pero la identidad del informante se mantuvo secreta más de 30 años, hasta que el propio Mark Felt, quien era el número 2 del FBI cuando ocurrieron los hechos, reveló que él había sido. 

El caso es universalmente citado como una muestra de lo importante que es mantener la reserva sobre las fuentes en nuestro oficio.

Alejandro Encinas, el sábado en Palacio Nacional.
Foto: Presidencia de la República.

¿Qué ver, qué leer?

Pocas veces la frase de que se trata del fin de una época calza con tanta propiedad como con la muerte de Jerry Lee Lewis, el precursor del rocanrol fallecido a los 87 años el viernes.

En uno de sus impecables obituarios, The New York Times cuenta su veloz ascenso al estrellato de la música y su vertiginosa caída, al descubrirse durante una gira -la prensa metiche- que su esposa tenía 13 años, era su prima y habían celebrado sus nupcias cuando Lewis estaba casado todavía con su segunda esposa: una combinación letal para los criterios de 1958.

Leía anoche una sabrosa historia sobre otra caída, esta en tiempo real: la de Kayne West, repudiado por sus diatribas antisemitas y en la que el autor recordaba cómo hace 11 años,  el diseñador John Galliano había provocado un desastre similar… y ahoya ya está reivindicado.

Algo parecido le pasó a Lewis, quien -señala el diario neoyorquino- encontró en la música country su redención, pudo volver al candelero y vivió los honores de haber sido el precursor del ‘cataclismo’ que supuso el rock. 

Fue una conversación común en redes este fin de semana el hecho de que “Grandes bolas de fuego”, la película biográfica del pianista, inspirada en uno de sus grandes éxitos, no estaba disponible en ningunas de las plataformas más populares: no dudo que será una omisión que veremos pronto remediar.

Dos de los padres fundadores del rock: Chuck Berry y Jerry Lee Lewis durante una recepción en el hotel Waldorf-Astoria en Nueva York, el 23 de enero de 1986.
Foto: AP
Jerry Lee Lewis en una de sus poses clásicas: aporreando el piano con su pie,durante un recital en el Madison Square Garden de Nueva York, el 14 de marzo de 1975.
Foto: AP

MCMH

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *