Sobre cualquier cuestión, hay dos argumentos opuestos entre sí.”
Protágoras
Algunas reflexiones sobre el debate que viene en torno a la reforma electoral propuesta por el presidente López Obrador:
1.- Si López Obrador pudiera, hace tiempo habría mandado al diablo varias instituciones de contrapeso para su “transformación” y, claramente, el INE hubiera sido una de las primeras. El presidente es un tipo muy necio, muy poco flexible, un hombre que ni perdona ni olvida y que parece urgido de una vendetta al IFE de 2006 que, en su cabeza, le robó la Presidencia. Así es, esto se trata de una barata vendetta que puede salir carísima al país.
2.- Como no ha podido eliminar al INE, se ha dedicado a vapulear la institución con cierto nivel de éxito: guste o no, AMLO es un manipulador social, su innata vena populista le permite moldear a su antojo el pensamiento de millones de mexicanos marginados, sumidos en la ignorancia y la pobreza, víctimas de un sistema que les abandonó por décadas y para los que, evidentemente, el INE no es su mayor preocupación.
3.- La democracia no vive su mejor momento ni en México ni el mundo, los países con sistemas democráticos no han podido resolver una gran cantidad de demandas sociales. En la era de las ciudadanías hiperestimuladas y, por ende también, de la hiperfrustración, optar por gobiernos de corte populista se hace cada vez más frecuente entre varias naciones, incluso entre las desarrolladas y se convierte en la opción desesperada de millones de seres humanos en el mundo, incluso entre los altamente educados y económicamente holgados.
4.- El INE no puede convertirse en un dogma de fe como quiere hacerlo el anti lopezobradorismo a ultranza: toda institución es perfectible y nuestro sistema electoral tiene deficiencias que pueden ser corregidas. La bandera de que “el INE no se toca” suena más a un drama desesperado frente al poder casi hegemónico del presidente. La oposición no está formando ciudadanía, está repitiendo un berrinche que no solo escucha la misma oposición.
5.- Es un hecho que nuestra democracia es muy cara y lo es aún más por nuestro sistema de partidos, ¿no deberíamos enfocar el debate a un financiamiento público contra un financiamiento privado?, ¿no deberíamos hablar de cómo evitar que el narco se meta en las campañas como ha pasado ya en varios estados?, ¿no se debería discutir la libertad de expresión política sin trabas burocráticas? ¿no deberíamos hablar de cosas que le importan a la gente?
6.- El fiel de la balanza en el debate pasará por el PRI, hoy, más o menos al 50 50, las apuestas de los corrillos políticos van por ver a un Alito doblado para salvar su pellejo y repetir el esquema de la militarización con la reforma electoral o de ser testigos de un debate estéril que condene la ocurrencia a dormir un rato en la congeladora legislativa.
7.- El siguiente año, pase lo que pase, habrá relevo de consejeros electorales, terminará el periodo de Adriana Favela, Ciro Murayama y Lorenzo Córdova y, siendo francos, dada la configuración actual en el Congreso de la Unión es muy probable que, con reforma o sin ella, la 4T tenga, de cualquier forma, el control casi absoluto del INE para el 2024.
De Colofón
Guacamaya 2.0 podría ser un ataque que vulnere algo más que la información y no se quede solo en escándalos para la prensa. Dicen.
Y todavía faltan 696 días para que termine el sexenio.