No son sólo dos fiscalías estatales enfrentadas por la muerte de una mujer. No es sólo la disputa por si se trató de un feminicidio o una broncoaspiración por intoxicación alcohólica. Detrás del doloroso caso de Ariadna Fernanda, hay una pelea por el 2024, tanto por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México como por la Presidencia de la República.  
¿Por qué Claudia Sheinbaum salió personalmente a atacar al fiscal de Morelos? Porque el fiscal es enemigo del gobernador Cuauhtémoc Blanco. Y Morena está tratando de seducir a Cuauhtémoc Blanco para que deje la gubernatura en unos meses y se dedique de lleno a hacer campaña en la capital del país con el objetivo de no cederla a la oposición, que parece enrachada en la Ciudad.
“El Cuau” ?como se le conoce? es sumamente popular en la Ciudad de México, leyenda del equipo de futbol capitalino América y orgullo de Tepito, el icónico barrio ubicado en la estratégica alcaldía de Cuauhtémoc, que el año pasado le ganó la oposición a Morena. 
Morena quiere que Cuauhtémoc Blanco sea su candidato al Senado por la Ciudad de México o a la alcaldía con la que comparte nombre. A cambio de ello, el gobierno federal enterraría todas las carpetas de investigación abiertas contra el exfutbolista (hasta en la Unidad de Inteligencia Financiera lo tienen en la mira), su representante, su hermano y algunos otros socios, amigos y familiares.
La estrategia, me dicen mis fuentes, está avalada por el presidente López Obrador. Por eso hace unas semanas, “El Cuau”, que llegó al gobierno morelense por el Partido Encuentro Social (PES), se inscribió oficialmente en Morena. Cuauhtémoc Blanco buscará apuntalar, por un lado, la candidatura de la secretaria de Seguridad Ciudadana federal, Rosa Icela Rodríguez, íntima del primer mandatario, a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México; y por el otro, encabezando la fórmula, la aspiración presidencial de Claudia Sheinbaum, como líder del mismo grupo político.
Por eso fue personal y directamente la jefa de Gobierno quien se lanzó contra el fiscal Uriel Carmona desde antier. Porque lleva un doble propósito. Primero, defender a una familia que denuncia que su hija fue víctima de feminicidio le reditúa políticamente, sobre todo después de que ha atacado a las colectivas feministas con tal de alinearse con el agresivo discurso de su jefe, el presidente López Obrador. Y segundo, porque manda un mensaje de lealtad y apoyo a Cuauhtémoc Blanco, de quien el fiscal Carmona ha sido más que una piedra en el zapato (a diferencia de la Ciudad de México, donde la Fiscalía se maneja desde la oficina de Claudia Sheinbaum).
Ojalá que los apetitos políticos, de uno y otro lado, no enloden la necesidad de justicia y transparencia en un caso tan triste y doloroso.

Saciamorbos

Por Claudia, por Delfina o por Rosa Icela, pero la descendencia tiene que quedar blindada. 

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