HOY ES el día de la marcha por la democracia. Se espera que miles y miles de personas salgan a las calles de la CDMX y de otras entidades. ¿Qué lleva a tantas mujeres y hombres a marchar? La imperiosa necesidad de hacerse escuchar por un régimen que insiste en ningunearlos, en confrontarlos, en insultarlos.
COMO una canción que se repite sin cesar, Andrés Manuel López Obrador dice una y otra vez que él está con el pueblo, que el pueblo lo apoya, que el pueblo decide. El Presidente está con el pueblo, no con la sociedad civil.
EL PUEBLO es un ente imaginario en la cabeza del Presidente. La sociedad civil existe desde antes de que iniciara este sexenio y ahí seguirá después. El pueblo es anónimo, la sociedad civil tiene nombre, registros, estructuras.
EL PUEBLO, para López Obrador, decide sin participar. Aplaude o abuchea, como en el circo romano, como en las encuestas. La sociedad civil, en cambio, busca ser parte de las decisiones. Y de las responsabilidades.
LA SOCIEDAD CIVIL se organiza y busca, claro, sus intereses o los de su comunidad o gremio. Sociedad civil lo mismo es la Coparmex que una agrupación política que busca ser partido, lo mismo que un grupo de vecinos que busca acceder al Presupuesto Participativo.
LA SOCIEDAD CIVIL no tiene sólo un líder, es una pluralidad de liderazgos. No obedece, propone y exige.
TAL VEZ por eso le molesta tanto a AMLO la sociedad civil organizada: porque no manda obedeciendo, sino que busca ser un canal de participación y cambio, asumiendo que el poder es de la gente, no de los gobernantes.
POR CIERTO que la declaración de contingencia ambiental en el Valle de México un día antes de la marcha en defensa del INE dejó con muy mal sabor de boca a quienes la organizan y a quienes desde ayer estaban listos para participar.
Y ES QUE se les hace muuucha casualidad que se restrinja la circulación de vehículos locales y foráneos y se haga un llamado a no realizar actividades al aire libre en un domingo tan trascendente para la democracia en el país.
LA RENUNCIA obligada del jefe de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EU, Chris Magnus, prendió los focos rojos de este lado de la frontera.
EL MOVIMIENTO en la administración de Joe Biden es visto como el inicio de un giro para endurecer los controles fronterizos ante la oleada de migrantes de Centro y Sudamérica y la inminente toma de control de los republicanos en la Cámara de Representantes.
Y ES BIEN sabido que cada vez que se aprietan los controles de migración en aquella margen del Río Bravo, comienzan las presiones políticas y económicas para hacer lo mismo del lado mexicano. A ver cómo se pone esa bronca.