Una de las variadas y prestigiosas revistas “Nature Research” acaba de publicar un artículo reportando el más antiguo uso del fuego para cocinar, (ver: I. Zohar et al., “Evidence for the cooking of fish 780,000 years ago at Gesher Benot Ya’aqov, Israel”, Nature Ecology & Evolution, 2022).
El sitio arqueológico explorado muestra evidencia de que hace casi un millón de años (setecientos ochenta mil años) los hombres que allí habitaban usaban fuego para preparar alimentos.
Este es un descubrimiento de enorme importancia para entender la evolución humana. Hasta ahora se pensaba que la más antigua evidencia de alimentos cocinados era de hace ciento setenta mil años, es decir, el presente descubrimiento modifica este dato en seiscientos mil años.
Vale subrayar que en este estudio se utiliza la siguiente definición para la palabra “cocinar”, siendo: “La capacidad de procesar alimentos controlando la temperatura a la cual estos son calentados”.
Esta definición es muy importante pues excluye el hecho primitivo de simplemente colocar alimentos sin ningún control sobre las brasas de una hoguera. Por tanto, el tener un alimento sobre una pira controlando la distancia a la cual se encuentra permite controlar la temperatura de cocción de los alimentos. Este control de temperatura es esencial para aplicar la anterior definición de cocinar. Por otra parte, sabemos que normalmente se controla la temperatura de cocción por dos medios básicos; controlando la distancia a la cual se encuentra el alimento del fuego, o controlando la intensidad del fuego.
Es muy probable que en las sociedades más antiguas el control de la temperatura se haya dado controlando la distancia a la cual se colocaban los alimentos del fuego.
La evidencia arqueológica encontrada reporta el proceso de cristalización, debido al calor, en los dientes de peces cocinados (de una variedad actualmente extinta de carpas) que claramente muestran que éstos no fueron simplemente arrojados al fuego, sino que fueron cocinados controlando la temperatura a la que fueron sometidos. Probablemente los peces cocinados fueron colocados en varas que eran alejadas o acercadas a la hoguera de modo controlado según fuera requerido. Este estudio también muestra no solamente la importancia de los lagos (como el antiguo lago Hula en donde este estudio se realizó) en los antiguos grupos de cazadores y recolectores sino la importancia de los peces en su dieta y los beneficios alimentarios de consumirlos cocidos.
El Prof. Hershkovitz, colaborador de este trabajo, señala que la transición de consumir alimentos crudos a alimentos cocinados tuvo dramáticas implicaciones para el desarrollo humano y su comportamiento debido a que el consumo de alimentos cocinados reduce la cantidad de energía requerida por el cuerpo para digerir los alimentos permitiendo así el desarrollo de otros sistemas biológicos, así como de su capacidad para socializar.
Esto además tiene efectos sobre la estructura de la quijada y el cráneo humano. Algunos científicos consideran que el consumo de pescado representó un salto cuántico en la evolución humana pues permitió de muchas maneras el desarrollo del cerebro humano a partir del omega-3, zinc, yodo y muchos otros componentes que afectan directamente el desarrollo del cerebro.
Finalmente, el equipo de investigadores considera en su estudio que la búsqueda de fuentes de agua dulce determinó las rutas de migración de los humanos a partir del continente africano hacia el resto del mundo pues estos hábitats proporcionan agua y tierra fértil y también permiten la actividad pesquera sobre todo en lugares poco profundos y de bajo riesgo como era el lago Hula.
El uso primitivo del fuego para cocinar
Este es un descubrimiento de enorme importancia para entender la evolución humana. Hasta ahora se pensaba que la más antigua evidencia de alimentos cocinados era de hace ciento setenta mil años, es decir, el presente descubrimiento modifica este dato en seiscientos mil años.